El arte de cultivar tomates

Cultivar tomates puede ser mucho más simple de lo que piensas. Si dispones de algo de tierra , unas semillas, y muchas ganas de ver la magia de la naturaleza, comienza su cultivo leyendo esta nota

Si
desea tener su propia planta de tomates, en primer lugar debería ocuparse de
conseguir las semillas o las plantas para transplantar.


Luego, cuando sus plantas ya hayan dado frutos, podrá tomar las semillas de los
mismos.

 Para esto, tome un tomate pero asegúrese que no sea híbrido. Las semillas de
tomates híbridos no producirán plantas iguales que las que han dado el tomate de
donde se piensa sacar las semillas.

 Elija los mejores tomates del grupo para tomar las semillas. No sería mala idea
escoger algún tomate de la última estación, y dejar que el mismo madure
completamente en la planta. Cuándo el tomate se hunda fácilmente al momento de
ser apretado (levemente), será tiempo de sacar sus semillas.


 Escogiendo entre las diferentes variedades

 La
elección del tomate a plantar es algo más compleja de lo que parece. No
alcanzará con saber que no sea híbrido, sino que también se deberán atender una
serie de factores. En primer lugar, debe saber que es posible optar entre una
gran variedad de  tomates. 


Para el caso de que haya tenido problemas con el cultivo de tomates en el
pasado, principalmente debido a diversas infecciones que sufrían los mismos,
podría intentar cultivando algún tipo de tomate más resistente a este tipo de
condiciones. El tipo VNF es muy resistente a las enfermedades por
verticillium
y fusarium, y a los problema de raíces  por nematodos.
Por su parte, los tipos Celebrity y First Lady II son muy
resistentes a diversas afecciones que sufren los tomates, pero lo ideal es
experimentar con diversas variedades hasta encontrar la más resistente al tipo
de afección que mayor incidencia tenga en su jardín.


 
Las variedades de tomates pueden ser
determinadas o indeterminadas. Las
variedades determinadas crecen hasta una cierta altura, y luego dejan de crecer.
Este tipo de cultivos florecerá y dará todos sus frutos dentro de un período
relativamente corto, lo cual es muy ventajoso si lo que usted quiere es una
cosecha grande durante un determinado lapso de tiempo, por ejemplo en cercanía
de las fiestas de fin de año.

 Los cultivos de tomates indeterminados, por su parte, crecen, florecen, y dan
frutos durante un largo período. Si le gusta tener tomates frescos durante la
mayor parte del año, debería escoger este tipo de variedad, la indeterminada.


 
Si
compra plantas listas para trasplantar, escoja aquellos que posean tallos rectos
y firmes, con un grosor similar al tamaño de un lápiz. Los mismos deberían tener
de cuatro a seis hojas, pero no floraciones. Contrólelo detenidamente, para ver
si encuentra signos de insectos o de infecciones.

Antes del transplante

 Empiece a gestar la planta seis o siete semanas antes del momento en el que
querría  trasplantarlo a su jardín. Si comienza con mayor antelación, antes de
transplantarlos, las plantas serán más altos y delgados. 

Lo
ideal sería que plante las semillas en macetas con turba, de manera que las
raíces se dispersen lo menor posible, y sean más fáciles de trasplantar. Los
almácigos necesitan ser mantenidas en lugares húmedos, pero no muy mojados, y
con la mayor cantidad posible de luz solar.

 La
ubicación será un esencial para el correcto crecimiento de la planta. En primer
lugar, debería escoger una ubicación que reciba una muy buena luz solar, ya que
si bien es cierto que los tomates pueden tolerar una sombra pequeña, no menos
real es que usted obtendrá una cosecha más pequeña.

 Es
muy importante que el área donde se planta tenga un buen desagüe, y que la
planta esté protegido contra los fuertes vientos. Agregue también abono animal y
fertilizantes, especialmente si la tierra donde el cultivo está plantado es en
su mayor parte arcillosa o arenosa. Los tomates crecen mejor en una tierra
levemente ácida, con un PH de entre 6.2 y 6.8.


 
Los tomates pueden crecer en grandes contenedores o tinas y algunas variedades
pequeñas de ese fruto pueden también crecer, incluso, en macetas colgantes. En
este caso, use una combinación de plantas estériles y elija un contenedor con un
buen desagüe. Preste especial atención al riego y las necesidades especiales de
abono de los tomates crecidos en contenedores o macetas.


 Al trasplantarla

 Espere a que las plantas estén robustas, antes de trasplantarlas. Cada planta
necesitará cerca de tres o cuatro pies cuadrados de espacio, en el caso de que
sean estacadas. Si la tierra no tiene un buen desagüe, la planta debería ser
puesta entre cuatro y seis pulgadas por encima de la tierra circundante.

 Si
la tierra es muy seca, la planta debería ser colocada en la parte más baja o en
una depresión en la tierra, ya que tal vez allí el agua pueda llegar a las
raíces.

 Riegue el área con abundante agua antes de trasplantarlas, y colóquelas en la
tierra cerca de dos pulgadas más profundas de las que estaban en la maceta. Si
usa macetas plásticas, rompa estas macetas levemente, para que las raíces puedan
salir más fácilmente. Después que plantarlas, quíteles dos o tres hojas
inferiores. Riegue bien nuevamente, especialmente las plantas que se vean más
marchitas.


 
Una cobertura de paja podría ayudar a que la tierra retenga el agua, aunque si
la misma se pone desde un primer momento, también podría evitar que la tierra
logre entibiarse, por lo que no sería mala idea darle un lapso de tiempo al aire
libre. Cuando todas las plantas comiencen a crecer, podrá regarlas cada vez que
las mismas se vean algo marchitas. Riéguelas profundamente para prevenir que las
raíces más superficiales salgan fuera de la tierra.


 
Si
el trasplante es alto y robusto, al momento de plantarlo, debe usar el método de
la zanja. Para esto, deberá abrir zanjas para las plantas, lo cual se hará
cavando una zanja horizontal, en vez de un hoyo para cada planta. Luego, debería
quitar todas las hojas de las plantas, con excepción del primer grupo de hojas,
que suele constar de unas cuatro o cinco. 


Una vez hecho esto, tendrá que colocar la planta en un costado de la zanja, y
cubrir sus raíces, dejando al descubierto sólo el tallo a partir del primer
grupo de hojas, con dos a tres pulgadas de tierra. La tierra deberá estar muy
firme sobre la planta, pero asegúrese de no apretar la tierra muy firmemente
alrededor del tallo que sale del suelo, ya que se podría romper.


 El imprescindible cuidado de las plantas

 Todos los jardineros tienen su propia técnica y teoría sobre la poda de los
tomates, pero la más popular, es aquella donde sólo se poda la planta cuando
esta llega a ser demasiado pesada o difícil de mantener parada. Si elige no
podarlas, podría también pellizcar y quitar las puntas de las planta para
alentar un crecimiento más tupido. Esto funciona muy bien en los climas cálidos.


 
Las plantas más oscuras y vigorosas, no necesitan una gran cantidad de
nitrógeno. En cambio, si las mismas se encuentran algo amarillentas, este mismo
elemento, el nitrógeno, podría resolver probablemente el problema.

 Algunas de las hojas que se encuentran en las partes más bajas, se tornarán
inevitablemente más amarillas y podrían llegar a caer hasta tres semanas después
de ser plantadas. Tenga en cuenta que demasiado nitrógeno, podría tener como
resultado una gran cantidad de hojas verdes y oscuras, pero ninguna fruta, por
lo que será muy importante que espere hasta que aparezcan algunas flores para
rociar las plantas con este elemento.

 Trate de usar un abono líquido para cada planta. Lo ideal es que este abono este
compuesto por un tercio de alguna solución fertilizante y dos tercios de agua, y
que se utilice diariamente por dos semanas. La mayoría de las hojas se queman o
marchitan debido al rocío de este abono, por lo que debe aplicarlo en la tierra,
bien lejos de las mismas hojas.


 
También, puede intentar mezclar cal con la tierra, ya que esto ayudará a reducir
los desequilibrios minerales, los cuales son grandes responsables de las
deformidades en las frutas. El calcio que se encuentra en la cal, ayudará sin
ningún lugar a dudas a prevenir la putrefacción en diversas áreas del tomate, un
problema muy común en estos frutos.


 Manteniendo el árbol firme

 Muchas veces, los tallos necesitarán de su ayuda para sostener sus pesados
frutos. Para esto, podría usar estacas fijadas firmemente en la tierra, pero
colocada cuidadosamente, de modo que no se toquen ni dañen las raíces de las
plantas que se encuentran en crecimiento. A medida que la planta crezca, amplíe
esta estaca con extensiones suaves de 12 pulgadas.


Las jaulas para tomates también podrían ser una muy buena alternativa donde
desarrollar este cultivo. Las mismas se pueden adquirir en muchos invernaderos,
o bien ser hachas por uno mismo, en base a alambre. Eso sí, debería cerciorarse
que las medidas de la cerca sean lo suficientemente amplias como para permitirle
meter la mano y sacar un tomate grande. Con todo, los tomates cultivados en
estas jaulas suelen ser generalmente más pequeños, pero crecen en mayor
cantidad.


 Otras plantaciones que no afectan a los tomates 


Las plantaciones que no afectan el buen desarrollo de los tomates (e incluso
pueden ayudarlo a crecer mejor), pueden ser las de repollos, zanahorias, apio,
cebollas, mentas, caléndulas, y borraja.

 Esta última mejora significativamente el sabor de los tomates, y sus hojas son
realmente exquisitas cuando se agregan a las ensaladas de tomate. Además, las
caléndulas y la borraja alejan a los gusanos del tomate. Lo que no se debe
plantar cerca de las plantas de tomate, es hinojo o maíz.