La natación es la actividad física por excelencia para ayudar a los asmáticos. Aquí te contamos por qué, y cómo practicarla en forma correcta 

El asma infantil

Una gran cantidad de niños presenta cuadros de broncoespasmo o crisis asmáticas.

A los seis años de edad esta cantidad disminuye, y alrededor de los catorce años otro grupo también deja de tener síntomas, y son relativamente pocos (uno de cada cuatro o cinco) los que continuarán con esta patología. Por otra parte, hay también algunos casos que comienzan sus síntomas de adultos, sin antecedentes previos.

Obviamente el humo del cigarrillo es el principal factor que influye en esta patología, y la incidencia es mayor en los niños cuando uno de los padres fuma, y se duplica cuando ambos padres son fumadores.

La polución ambiental, pelos de animales, polvo, polen, contaminantes industriales, también influyen en menor medida.

Fisiopatología del asma

Parte de la fisiopatología de esta enfermedad es la disminución del calibre de las vías aéreas, el edema de las mucosas que las revisten y la secreción de moco que obstruyen el flujo de aire.

Como durante la inspiración se expande la caja torácica, también se expanden las vías aéreas, por lo que el aire puede aún ingresar a los alvéolos pulmonares, donde se realiza el intercambio gaseoso con la sangre.

El problema se presenta en la espiración, donde el volumen de la caja torácica disminuye, y disminuye también el calibre de las vías aéreas, y en este momento las secreciones producen una obstrucción al paso del aire, por lo que hay un “atrapamiento” del aire en los alvéolos quedando “inflados” sin poder renovarse el aire en su interior.

Durante los minutos que duran habitualmente las crisis asmáticas se requiere el tratamiento médico y el reposo.

Pero en los momentos que está sin signos ni síntomas se puede realizar ejercicios para mejorar su capacidad respiratoria, mejorar la musculatura involucrada en la respiración, aumentar su capacidad pulmonar y los volúmenes de aire que puede inspirar y espirar.

Todo sobre el asma y la natación

De los ejercicios que puede realizar para mejorar esta función, la natación es el más indicado dado que es una especie de “entrenamiento con sobrecarga” de la respiración, y tiene la ventaja de que, al ser un deporte individual, cada persona regula la intensidad y la cantidad de esfuerzo según su propia necesidad e interés.

Al estar sumergido, todo el cuerpo soporta la presión hidrostática del agua, y al ingresar el aire, la parrilla costal sumergida debe expandirse venciendo la presión del agua, por lo que los músculos inspiratorios se ejercitan mejor contra esta pequeña sobrecarga y se fortalecen.

En el momento de la espiración, al soltar el aire, cuando se está nadando siempre se sopla debajo del agua.

Si simplemente se abriera la boca debajo del agua, el agua tendería a ingresar, por lo que para soplar debe realizarse una fuerza extra para vencer esta presión del agua.

Como las presiones se distribuyen iguales en todos los puntos del recipiente que los contiene, esta presión que se nota en la boca al salir las burbujas, se transmite a todas las vías aéreas de ambos pulmones, expandiéndolas con presión positiva desde adentro, permitiendo el libre flujo del aire aún en la espiración.

Esta pequeña presión a vencer, hace que los músculos encargados de la espiración se fortalezcan y estén en mejores condiciones para la respiración habitual.

Beneficios de la natación para el tratamiento del asma

Resumiendo: La natación tanto en niños como en adultos, fortalece la musculatura involucrada para la entrada y la salida del aire a los pulmones (inspiración y espiración), distiende las vías aéreas desde adentro con presión positiva, (siempre que se nade soltando el aire debajo del agua).

Disminuye la cantidad de crisis asmáticas y la intensidad de las mismas. En algunos casos, también se requiere menor cantidad de medicamentos, ya sea por dosis menores, mayor intervalo entre ellas, o tomándolos durante períodos menores.

Dado que también puede ocurrir eventualmente “asma inducida por el ejercicio” siempre es conveniente iniciar en forma gradual, progresiva y regular. Siempre es conveniente consultar con el medico de cabecera antes de realizar cualquier actividad.

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