Solución
El
administrador está equivocado, dijo Beremiz, y tendrá que pagar la apuesta.
La
diferencia a que llegó el vendedor resulta de lo siguiente:
La
partida de Harim se componía de 10 lotes de 3 melones cada uno. Cada lote debía
ser vendido por 1 dinar. El total de la venta serían 10 dinares.
La
partida de Hamed se componía de 15 lotes de 2 melones. Cada lote debía ser
vendido por 1 dinar, lo que daba un total de 15 dinares.
Por
lo tanto, el número de lotes de una partida no es igual al número de lotes de
la otra.
Para
vender los melones en lotes de cinco sólo los 10 primeros lotes podrían ser
vendidos a razón de 5 por dos dinares, una vez vendidos esos 10 lotes, quedan aún
10 melones que pertenecen exclusivamente a la partida de Hamed y que, siendo de
más elevado precio, tendrían que ser vendidos a razón de 2 por 1 dinar.
La
diferencia de 1 dinar resultó pues de la venta de los últimos melones.
En
consecuencia: no hubo robo. De la desigualdad del precio entre las partes resultó
un prejuicio de 1 dinar, que quedó reflejado en el resultado final.
Fuente:
“El hombre que calculaba”, de Malba Tahan.