Estos
científicos observaron que en personas sin enfermedad cardiovascular, comer
chocolate mejora la función endotelial de las arterias, las hace más flexibles,
y estos efectos se mantienen durante tres horas después de ingerido.
Esto se
debería a que el chocolate es rico en unas sustancias llamadas flavonoides, que
actúan como antioxidantes naturales.
El
funcionamiento del endotelio (la capa interna de las arterias) es considerado
un espejo del funcionamiento del sistema cardiovascular. A su vez la disfunción
endotelial es considerada un factor de riesgo cardiovascular, que se suma a los
tradicionales como el tabaquismo o sedentarismo.
Sin
embargo, el consumo excesivo del chocolate es un arma de doble filo ya que el
aumento de peso eleva el riesgo cardiovascular.
Por ello, aún son necesarios más
estudios para verificar con certeza que el consumo regular de chocolate negro
-o de bebidas que contengan chocolate se asocie con una reducción de la
morbilidad y mortalidad cardiovasculares.
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