El envejecimiento en los hombres

La andropausia y otros cambios hormonales que influyen en el bienestar masculino después de los 50.

La disfunción sexual en los hombres
mayores se asocia sobre todo a la disfunción eréctil, antes que a la
eyaculatoria. Los trastornos en es último aspecto se deben más a medicamentos o
a la cirugía de próstata que al envejecimiento en sí. En el varón con menor
producción de hormonas sexuales, la libido reducida es a menudo acompañada por
un bienestar disminuido y/o depresión, lo que se podría mejorar con una terapia
de reemplazo hormonal con andrógenos.

La declinación cognitiva, la obesidad
visceral, la osteopenia (disminución de la densidad mineral ósea que no llega a
los niveles de la osteoporosis), y la sarcopenia (disminución de la masa
muscular) relativa también acompañan la deficiencia de andrógeno en los adultos
mayores. Estas condiciones  responden favorablemente a los suplementos de
andrógeno, especialmente en hombres con niveles de testosterona muy baja. Pocos
estudios han examinado si los suplementos de testosterona mejoran la función
cognoscitiva en los hombres, y tampoco se sabe si mejoran el rendimiento físico.

En cuanto a los riesgo de esta terapia de
reemplazo, parecería que la repleción de testosterona a niveles fisiológicos no
se asocia con transformación maligna del tejido de la próstata, pero podría
estimular el crecimiento de carcinomas ya existentes sensibles a los andrógenos.
Por eso, debe hacerse un dosaje de PSA y un examen prostático antes de cualquier
tratamiento de reemplazo de andrógenos.

Además, la terapia de reemplazo con
testosterona puede empeorar la apnea de sueño, inducir la ginecomastia,
eritrocitosis (aumento de los glóbulos rojos), y elevar la presión arterial. Por
lo tanto, la seguridad a largo plazo de la terapia de reemplazo con andrógenos
requiere de estudios adicionales.



El rol de los corticoides en el envejecimiento

La maquinaria productora de hormonas de la
glándula suprarrenal falla en los hombres y mujeres de edad. Sin embargo, esta
disminución no es uniforme ni afecta a todas las hormonas, y la capacidad para
producir cortisol está conservada. Paradójicamente, esto es un problema: al
mismo tiempo se produce una desregulación en los mecanismos cerebrales que
controlan la producción de corticoides, lo que se asocia con un empeoramiento de
la pérdida de sinapsis y de plasticidad neuronales que ya de por sí acompañan
normalmente al envejecimiento.



La próstata

El volumen de la próstata aumenta
progresivamente con la edad en los hombres con función hormonal normal. Aunque
dependiente de los andrógenos, esta propensión también depende de factores
ambientales y genéticos desconocidos. Por otro lado, varios factores (estradiol,
IGF-I, IGF-II, factores de crecimiento de fibroblastos y queratinocitos) actúan
localmente para promover el crecimiento de la próstata, al igual que ciertas
variaciones en el gen que controla los receptores de andrógenos.