Déjame empezar por explicarte el
orgasmo masculino. El orgasmo masculino no solo
consiste en masajear sus genitales hasta que eyacule, es mucho más que esto. Al
igual que el
orgasmo femenino, el orgasmo masculino puede variar según la
ocasión.
Por ejemplo, habrá
noches en que tu hombre tendrá un enorme y fantástico orgasmo y otras en que
apenas sienta un poco de placer. Esto no quiere decir que hayas hecho las cosas
mal, para nada, esto solo quiere decir que no era la noche de tu hombre.
Todas las personas
tenemos días en que no siempre estamos al máximo y esto le pasará a tu hombre,
así que recuérdalo y ten presente que cuando esto pasa la culpa no es tuya. Esto
es normal.
Para darle a tu hombre
un orgasmo inolvidable entonces debemos repasar algunos conceptos.
El primer paso está en
crear presión y anticipación. Dale una enorme excitación y haz que te desee
ardientemente.
Crea anticipación de
manera en que él no se puede aguantar las ganas y tenga dificultad para
controlarse. Es aquí adonde empleas las técnicas de juego previo (masaje
sensual, masturbación y
estimulación oral) y donde le estimulas al máximo sus
zonas erógenas.
Ahora que tu hombre
está hirviendo entonces procedes con la estimulación directa, si por ejemplo le
estás dando estimulación oral entonces puedes cambiar el ritmo de rápido a lento
o viceversa.
Estos cambios de
velocidad lo alborotan por adentro. Otra buena técnica es la siguiente, si tu
hombre está con ganas de terminar entonces deja de estimularlo para que se
enfríe un poco y se recomponga, luego empiezas de nuevo para que enloquezca y
sigues hasta que explote y tenga ese fabuloso orgasmo.
También es necesario
decirle lo que quieres. Si quieres hacerlo por más tiempo debes hacérselo saber
para que él no se riegue prematuramente.
Una efectiva manera
para prevenirlo de un orgasmo prematuro está en alternar de posiciones. Esto le
dará un descanso de la estimulación constante y cuando te penetre de nuevo
entonces tendrá distintas sensaciones a las que estaba sintiendo en la posición
previa.
La posición en la que
tu hombre yace de espaldas y tú lo cabalgas es una excelente posición que
permite a los hombres rendir más tiempo puesto que no les demanda mucho esfuerzo
y movimiento, lo cual les permite controlarse y dominar su orgasmo.
Continua rotando
posiciones para incrementarle la presión que siente, así se estará muriendo por
terminar y tendrá un orgasmo que jamás olvidará.
Por Aldo Rosell – Autor de "Afrodita
en la cama", en donde aprenderá la
manera exacta para
satisfacer a
cualquier hombre y lograr que él no quiera estar con ninguna otra mujer-
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