El lapacho, ¿arma contra el cáncer?

Planta antigua, ¿milagro moderno? PAU D’ARCO (Lapacho, Lapacho Morado)

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Este
enorme árbol, que abunda en las
selvas tropicales y subtropicales de Sudamérica,
tanto de Argentina como en Brasil y Paraguay, comprende más de un centenar de
especies, conocidas popularmente como
Lapacho, taheebo, ipe roxo, ipes y arbusto trompeta.

Las
variedades más comunes pertenecen a las Tabebula impetiginosa, T. Avellanedae y
T.heptaphyllae, pueden llegar a alcanzar los 40 metros de altura.

La
corteza interior fue muy utilizada por las tribus de esas zonas, quienes recurrían
a una infusión muy concentrada para combatir entre otras enfermedades, la
fiebre de la malaria, toses,
anemias y estados de consunción
debidos al cáncer.

Adquirió
notoriedad a mediados de la década de 1960, cuando publicaciones sanitarias
brasileñas ponderaron excesivamente su capacidad de disminuir dolores severos y
de incrementar los glóbulos rojos de la sangre, como también de haber logrado
innumerables éxitos en el tratamiento de la diabetes, la artritis y el cáncer.

Hubo
quienes propusieron al Lapacho como agente antiinfeccioso, atribuyéndole
propiedades inmunoestimulantes, depuradoras y reguladoras cardio-circulatorias,
y otros ponderaron sus efectos locales al aplicar su extracto para tratar
infecciones micóticas de la piel, eczemas y heridas infectadas.

Fundamentos
científicos

La investigación bioquímica logró identificar numerosos componentes, y
centró su atención en el
“lapachol”,
que es un producto orgánico clasificado como una
naftoquinona.

En animales de laboratorio, demostró efectividad contra la malaria. Otros
estudios, en animales, mostraron al lapachol con una potente actividad contra
ciertos tipos de células tumorales
,
como el Sarcoma, pero ninguna actividad en casos de leucemia y adenocarcinomas.

El
extracto de la corteza podría ser muy eficaz como bactericida y funguicida. Se asegura que estimula la producción de glóbulos rojos y que
incrementa el transporte de oxígeno por los mismos.

La
corteza contiene al menos otros 20 principios activos, incluyendo
quercetin
y otros
flavonoides,
con efectos aún desconocidos.

El
extracto crudo de corteza, estimula la actividad de los macrófagos (células
del sistema inmunitario). Varias
publicaciones resaltan resultados positivos en la destrucción de células
cancerosas de pulmón y disminuyen la tasa de metástasis, en cultivos in vitro.

Se
aclara que la corteza debe ser hervida al menos durante 8 minutos, para lograr
extraer los principios activos con seguridad.

Un
estudio patrocinado por el Cancer Institute en los años 70, para experimentación
en seres humanos, no encontró efectos tóxicos nocivos en hígado o en riñones,
pero aclara que a dosis muy altas conlleva serios riesgos de efectos
colaterales, por acción anticoagulante, y náuseas severas, a pesar de admitir
señales de efectos anticancerosos tales como regresión completa de un tumor y
dos remisiones parciales en un grupo de 9 pacientes en los que las terapias
convencionales habían supuestamente fallado.

De
resultas de estos estudios, el Health Protection Board of Canada, incluyó al
Pau D’Arco en la clasificación de “drogas activas”, y evitó su venta
libre.

En Septiembre de 1990, la Oficina de Asesoramiento Tecnológico del
Congreso de los EEUU, en el capítulo de Tratamientos No Convencionales del Cáncer,
recomendó ahondar los estudios para determinar los alcances anti tumorales del
extracto, en un párrafo coronado con una llamativa pregunta:
¿ancient
herb, modern miracle?
(¿planta
antigua, milagro moderno?).

REFERENCIAS

Barret
S , Herbert V

.: Questionable Cancer Therapies.

Dinnen
RD , Ebisuzaki K.:

The search for novel anticancer agents: Anticancer Res. 1997; 17

Mowry
DB.
Lapacho : ancient herb, modern miracle.

U.S.
Congress, Office of Technology Assesment.

Unconventional Cancer Treatments. Chapter 4: Herbal Treatments. Washington, DC.
Government Printing Office, Sept 1990.