Cuando
parecía que teníamos todo bajo control, nos toca
darle de comer a un niño de
poca edad (Oh, Dios, ¡a nuestra edad con estos problemas!), y… ¡comienza el
baile!
A
continuación, algunas pautas generales para hacer frente a la situación (no
olviden, de todos modos, que ante problemas particulares quien mejor podrá
guiarlos es el pediatra del niño).
1- Los niños pequeños
no necesitan, en realidad, una comida específica sino nutrientes específicos
(calcio, proteínas, vitamina A, hierro, etc.). Por ejemplo, si rechaza la leche
se puede buscar otro alimento rico en calcio que la reemplace (queso, yogurt,
etc.).
Si este es el caso,
consulte con el pediatra qué alimento puede reemplazar a otro.
2- Usted puede sentar al
niño a la mesa, pero no puede (ni debe) obligarlo a comer, y mucho menos como
si fuera un adulto. Las porciones adecuadas son un tercio o un cuarto de una
porción adulta.
3- Habitualmente, los niños
comen sólo lo que necesitan y comunican cuando es suficiente. Si está comiendo
y en un momento dice "no quiero más", o comienza a jugar con la
comida, o se empieza a poner inquieto, retire el plato o permítale levantarse
de la mesa.
4- No lo obligue a
terminar todo lo que tiene en el plato si no quiere más, sólo estará
fomentando una aversión a la comida o, inversamente, que se acostumbre a comer
en exceso.
5- Establezca una rutina
para las comidas y trate de mantenerla. A los dos años, por ejemplo, los niños
necesitan comer 5 o 6 veces al día: además de las comidas principales,
introduzca en la rutina mencionada un par de "snacks" espaciados entre
las comidas. Obviamente, con alimentos nutritivos (no golosinas ni comida
chatarra).
6- En los niños de corta
edad, olvide las dietas y las comidas bajas en grasas (por ejemplo, déle leche
entera y no descremada).
7- Algunas reglas a
recordar:
– Antes de comer, debe
haber un tiempo de tranquilidad, y no de plena actividad.
-Recuerde que los niños
aprenden viendo a los adultos y a los hermanos mayores: coman con él, y coman
lo que quieran que él coma.
-Acostúmbrelo a comer
sentado a la mesa.
-No use la comida como
premio o castigo. La única recompensa apropiada es el afecto y prestarle
atención.
-Usted elige lo que come,
dele al niño el mismo derecho.
-No hay comidas
prohibidas, siempre que sean parte de un
plan nutricional
adecuado.
-La comida entra por los
ojos, también para los niños.
-Ofrézcale comida
atractiva para los chicos: simples, sin combinaciones complicadas, con
nombres atractivos, que puedan comer con la mano, con formas especiales (de
dedo, por ejemplo), etc.
-Enséñele a servirse sólo.
-A la hora de la comida,
adiós a la TV.
-No ponga el acento en
los postres, ni los use como premio o castigo.
-Si es posible, dele
utensilios de su tamaño o especiales para niños.
-¡¡Deles tiempo!!
-La hora de la comida
debe ser un momento de encuentro familiar que todos disfruten, que
excede al mero hecho de ingerir alimentos.
-Recuerde: los niños están
en un proceso de crecimiento en el que van adquiriendo autonomía y se va
"separando" de ustedes. Si de repente se pone "rebelde" con
la comida, puede ser parte de este proceso y no necesariamente un problema con
la comida en sí misma.
-Que participe en la
preparación de la comida, aunque más no sea "lavando" la fruta.
-Hágalo
participar en la elección de lo que comerán en una comida en particular, o en
lo que comprarán en el supermercado.