“El Stress es una situación extrema, en la que todos los sistemas
que mantiene en funcionamiento a una persona se hallan en el límite de sus
posibilidades de resistencia…”

Esta
opinión
del Dr. Steinberg, coincidente casi palabra por palabra con las opiniones de
nuestros médicos, me ha movido a
rescatar los antecedentes que posteriormente transcribiré.

Cuando
hace cuatro años contraje matrimonio con mi actual esposa,- ambos en segundas
nupcias – tanto ella como yo pensábamos que el destino, la vida o las
circunstancias, nos daban una segunda oportunidad.

Ella
divorciada, de una relación que le dejó lo
más
positivo, dos hijas y un hijo que aún hoy son los que verdaderamente
iluminan, junto a su hasta ahora único nieto, su gran motivación de vida.

Mi
situación personal, difería con la de mi actual esposa. Soy viudo, y
de esa relación hoy yo también estoy orgulloso con las
presencias de mis dos hijas y un hijo, como así también de dos nietos.

Pero,
siempre hay un pero, tres meses antes de la fecha de nuestro enlace, sufrí, lo
que aparentemente, se suponía ser un accidente menor – una caída en
cumplimiento de mis tareas profesionales – lamentablemente me dejó como
secuela una “incapacidad parcial y permanente”. Cinco meses después de
nuestro enlace, a mi esposa se le detecta un cáncer de mama.

Estos
dos acontecimientos significaron en nuestras vidas,
motivaciones y
circunstancias no previstas de índoles personales, que no las voy a explicitar, aunque dejaré constancias que fueron muy positivas
para ambos para galvanizar nuestra relación de pareja.

Nuestras
situaciones nos permitieron en largas horas, intercambiar
experiencias
laborales, aunque muy disímiles en nuestras profesiones, nos dieron pautas que
nos llevaron a coincidir en las mismas conclusiones.

Las
distintas actividades laborales de ambos, en los últimos años y por diferentes
motivaciones, nos obligaron a desempeñarnos en tareas contra reloj,
competitividad desmedida, ámbito laboral no adecuado, discriminación y abuso
de autoridad superior en el de ella, y
falto de normas y medidas Internacionales de seguridad en la mía, se sumaron a las anteriormente mencionadas..

Las
relaciones emergentes, de las
mismas, entre empresa, personal superior y subalternos,. Producen saturación,
exteriorizada en un sin número de causales que al no poderse exteriorizar en
forma adecuada y normal, deja un estado de Estrés, el paso previo a situaciones
no deseadas, que pueden derivarse en circunstancias
similares a las nuestras

Nada
se produce por un solo motivo, causa o razón, sino por la convergencia de
varios elementos, que desencadenan acontecimientos, que por previsibles pudieron
ser evitables.

Después
de esas conclusiones, comencé a indagar, en las fuentes de los “Hombres
Sabios”, del por que de nuestros estados y consecuencias.

Indagué
en informes, artículos, opiniones de Organizaciones Internacionales y de
expertos en Relaciones Laborales y
Humanas, Profesionales de la Salud, en fin, todo aquel material que nos dieran
pautas y que pudiéramos formatizarlos en forma más o menos escueta y concisa,
de tal manera resumida, de ser de fácil
lectura y acceso, cuya pretendida y modesta intención, es la de hacer
llegar a todos aquellos, los que de una forma u otra, empleadores y empleados,
puedan estar vinculados y en tiempos, lugar y formas, de evitar esas desagradables consecuencias..

Creo
que ambos, mi esposa y yo, hemos sido víctimas de esos condicionamientos
negativos de un “Ámbito Obligado”, de una Relación de Dependencia
Laboral.

He
tratado de recopilar antecedentes que me parecieron muy valiosos, aunque algo
tardíos para nosotros tal vez puedan evitar que los mismos se propaguen.

Continuará