Con el arribo del tiempo
cálido comenzamos a guardar las ropas pesadas del invierno y alivianarnos en el
vestir, el cuerpo se exhibe más generoso a la vista de todos y es allí donde
descubrimos esos kilitos de más que estuvimos acumulando en todos esos meses de
frío; la idea de bajarlos rápidamente surge de inmediato, y muchas veces nos
sumergimos en dietas sin ningún tipo de control profesional, claro, lo
importante es lucir bien… Pero no olvides tu salud, una dieta por más estricta
que sea debe estar siempre “balanceada”.
Un asistente perfecto y
eficaz en estos casos, y para casi todas las dietas, es el yogurt, y digo casi
todas porque hay personas que no pueden consumir lácteos.
La palabra yogurt
proviene de Turquía, de jugurt, y quiere decir: “leche espesa y dulce”, y sí
que como los del Medio Oriente no los hay, dulces, suaves y con un espesos que
permite tomarlos con las manos, y como yo siempre deambulo por los afrodisíacos
me lo imagino hasta sensual y provocativo.
El yogurt fue preparado
en Oriente desde tiempos remotos, con leche de vaca, oveja, cabra y camello;
fueron de uso frecuente entre los sumerios, persas, hindúes, mongoles y hunos.
La religión
védica de la
India promueve su consumo, como el del panir (cuajada) y el ghee (manteca
clarificada), afirmando que estos tres productos favorecen la realización
espiritual y mejoran la meditación.
Secretos
del yogurt
Para obtener leche
cuajada sólo tenemos que hervirla y dejarla fuera de la heladera hasta que se
corte; para el yogurt el procedimiento es un poco más complejo, pero no
difícil, ya que luego de de hervir la leche debemos esperar a que baje su
temperatura ( mi abuela decía: “poner un dedo dentro y contar hasta diez, si no
quema y se aguanta, ya está”), entonces hay que introducir, para un litro de
leche, ¼ taza de un yogurt, el motivo está en que de esa forma estaremos
metiendo en la leche “Lacto-bacilos bulgarius” que la acidificaran y provocaran
la formación de ácido láctico a partir de la lactosa; junto con éste bacilo,
presente en el yogurt, que es como un medio de cultivo, también hay
“Streptococus termophilus” que le dará su sabor característico.
Se puede recurrir la
primer vez a un yogurt adquirido en una tienda y luego solo guardar un poco del
que preparamos para continuar con la producción; sólo tiene un secreto: estos
dos bacilos son amantes del calor y la oscuridad, y sigo con mis ideas
afrodisíacas al respecto, bueno, para darles su lugar y no molestarlos, luego
de introducirlos en el recipiente con leche tibia, unos 43°, tapemos bien ese
recipiente con una bolsa de plástico oscuro y envolvámoslo bien con una manta,
como si se tratara de cobijar muy bien a un/a amante en una noche de invierno;
dejémoslos reposar y reproducirse por unas 12 horas (quien pudiera) para
encontrarnos con la delicia que allí sí podemos poner en el refrigerador para
consumir; si le pones frutas recuerda que se descompondrá más rápidamente, sólo
hazlo si ya lo vas a consumir; es un producto muy perecedero y debe consumirse
en un muy corto tiempo.
Para su fabricación no es
aconsejable utilizar recipientes de aluminio, puedes sí utilizar uno de acero
inoxidable, uno enlozado, de cerámica o barro.
Esos bacilos, que te
pueden asustar un poquito, son los responsables de regenerar tu flora intestinal
y actúan como un antibiótico natural, además aumentan las defensas del
organismo, y el yogurt es un alimento rico y saludable, fresco y liviano que
hasta puedes combinar con varias comidas, dulces y saladas.
Ensalada de gloria
(desayuno)
Ingredientes para dos amantes en recuperación
–
2 bananas (plátanos)
–
1 taza
de arándanos
–
½ ananá (piña)
–
8 frutillas maduran grandes (fresas)
–
1 cucharada de menta fresca picada
–
2 cucharadas de semillas de sésamo (tostado sin
grasas en un sartén o paila)
–
1 taza grande de yogurt natural (sin sabor)
Procedimiento
Pele las bananas y piña y
corte en pequeños cuadraditos. Limpie las fresas y córtelas en finas láminas.
Limpie los arándanos y parta a la mitad.
Corte con la tijera o
cuchillo unas cuantas hojas de menta en una juliana muy finita. Ponga a calentar
una paila o sartén y coloque las semillas de sésamo para tostar un poco, que no
se quemen.
Mezcle todo con el yogurt y la menta picada, si quiere puede agregar un poco de
azúcar y extracto de vainilla.
Sirva bien frío en dos grandes tazones decorados con hojas de menta fresca.
La banana es el fruto por
naturaleza con más alta concentración de serotonina (neurotransmisor cerebral)
que disminuye la depresión y promueve un estado de felicidad, además de estimular
a las hormonas sexuales; a la banana le sigue la piña en concentración de serotonina, las frutillas harán su aporte extra de fósforo y los arándanos
mejoraran su vista, aportando todas vitaminas y minerales, y como si eso fuera
poco con el sésamo un contenido extra de vitamina E (vitamina antiesterilidad),
¿Qué más?, el yogurt aumentará las defensas y todo listo en un corto tiempo
para comenzar con el ajetreo de la vida diaria…
¿Para el almuerzo?
Ensalada del reencuentro
Ingredientes
para dos reencontrados
–
1 taza de rúcula lavada y seca (potente
afrodisíaco)
–
la ½ piña que le sobró del desayuno, en forma de
laminas finas y cortadas en cuartos (más serotonina)
–
1 lechuga romana, cortada a mano con los dedos
(aporta frescura y es relajante)
–
8 frutillas cortadas en cuartos (más fósforo)
–
1 pechuga cocida de pollo o pavita, cortada en
finas láminas (el elemento carnal…)
–
2 cucharadas de semillas de sésamo (aporte de
vitamina E)
–
1 taza de yogurt natural, sin sabor (aumenta las
defensas)
–
Sal y pimienta negra recién molida (activan los
sentidos del placer)
–
1 cucharada de whisky (el elemento desinhibidor)
–
½ taza de tejas de queso parmesano –se hacen con el
pela papas- (más afrodisíacos)
Procedimiento
Mezclar la rúcula, piña,
frutilla, lechuga, sésamo y pechuga con el yogurt, whisky, sal y pimienta,
servir en dos platos y colocar por encima el queso parmesano en finas tejas (si
no tiene pela papas puede hacerlo cuidadosamente con un cuchillo bien afilado).
Se puede completar con algunas gotas de aceite de oliva trufado y después
cuidado con los sentidos, Dios me guarde….
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