Eliminado las malezas sin químicos ni productos tóxicos

Años atrás, nadie utilizaba pesticidas u otro tipo de productos químicos para combatir la maleza de los jardines, y sin embargo, tenían mucho éxito en erradicarlas. En esta nota, las técnicas que más utilizaban los jardineros del pasado, para combatir las malas hierbas

Un jardín con buen abono para sus
plantas, es un jardín más libre de malas hierbas. Los desechos orgánicos
-paja, restos de pasto, hojas caídas, corteza caída-, pueden abonar la tierra
de nuestros jardines, a medida que se descomponen. Por lo tanto, las mismas
pueden ser consideradas como barreras muy eficaces contra la mala hierba.

 
Para lograr una mejor protección del jardín
contra la mala hierba, podría utilizar también algunas hojas de periódico, de
papel Kraft (el papel usado para hacer bolsas marrones de tiendas de
comestibles) o una cartulina, bajo estos restos de “abono orgánico”.

 
Según un estudio realizado en los Estados
Unidos, con una capa de seis pulgadas de periódico trozado, aplicado al
principio de una estación, no crecieron más de 8 malas hierbas por yarda
cuadrada, durante dos veranos. Sin la renovación del “abono orgánico”, el
mismo periódico controló las malas hierbas por sólo dos estaciones. El papel
o la cartulina de Kraft, permiten también que llegue menos luz a las malas
hierbas, por lo que a estas les cuesta más crecer.
 

Utilice una azada

 
Las malas hierbas que crecen anualmente,
mueren cuando se las separa de las raíces, que se encuentran apenas debajo de
la superficie de la tierra. Con una buena azada, se pueden cortar las malas
hierbas más fácilmente. Olvídese de las grandes y tradicionales azadas de
jardín, ya que alcanzará con una pequeña o de mano.

 

Para evitar dolores de espalda al usar
esta herramienta, utilice una azada con puño largo, y sosténgala como a una
escoba es decir, con sus pulgares hacia arriba, y una mano por encima de la
otra.

 
Aproveche el sol

 
Puede dejar que el sol le ayude a en el
trabajo de librarse de las malas hierbas persistentes, si está dispuesto a
dejar de utilizar su jardín durante seis semanas en el verano. Empiece con este
trabajo al final de la primavera o al comienzo del verano, azadonando o
rastrillando todas las malas hierbas que encuentre en el jardín. Luego,
humedezca el suelo y cúbralo con un plástico claro, enterrando sus bordes.
Deje el plástico en ese lugar durante seis semanas. Cuando quite el plástico,
el sol habrá “cocinado” las malas hierbas, que de otra manera habrían
brotado.

 
Arrancando a mano

 
Este es un truco muy cómodo para
controlar las malas hierbas. Ponga sus manos delante de usted, con los pulgares
hacia arriba y las palmas frente a su cuerpo. Luego, ponga una mano delante de
la otra. Después, cierre y engarce los dedos entre sí, siempre sacando los
pulgares.

 
Entonces, presione con los nudillos de sus
dedos todas las áreas con maleza, haciendo fuerza sobre las mismas hasta
destruirlas. Con la práctica, se sorprenderá de cuan rápidamente se puede
limpiar una fila de maleza en el jardín, con este movimiento.

 
Herbicidas, solo para esos lugares complicados

 
No se debería descartar totalmente a los
herbicidas, si existen áreas donde es muy difícil llegar con las manos o las
herramientas. Los herbicidas de llama consisten en una antorcha pequeña de
propano utilizada para combatir las malas hierbas, -cuando las otras
herramientas no sirven-, por ejemplo a lo largo de paredes o entre las grietas
del patio. Un herbicida de llama no sirve para las malas hierbas quemadas, ya
que esta antorcha no logra matarlas.

 
Los herbicidas de mano, vienen en toda
clase de dimensiones y cantidades, tanto en estilos viejos como nuevos. El
tradicional cavador de diente bifurcado de león, sigue siendo una de las
herramientas más eficaces para hacer estallar los “dientes de león” y
otras malas hierbas con las raíces fuera de la tierra. El herbicida de bola
tiene un centro redondo grande, para darle aún más presión. La pala circular
penetra debajo de la superficie del suelo, separando las raíces.

Consejos útiles

 
Las azadas vienen en muchos diseños y
dimensiones. Busque una que le permita trabajar vertical y confortablemente, y
que tenga una lámina amplia, donde se pueda mantener todo lo extraído. La
curva, debería ser lo más profunda posible, para poder rebanar las malas
hierbas con un movimiento oscilante.

 
Nunca rastrille estas malas hierbas:
Consuelo, Alcachofas de Jerusalén, Avenilla o Hierba del curandero.

 
Estas malas hierbas se reproducen gracias
a las minúsculas raíces que quedan en el suelo. Si se las desea sacar rastrillándolas,
o tajándolas, sólo se logrará  romper
sus raíces, las cuales, diseminadas por el suelo, reproducirán estas malas
hierbas en mayor medida. En su lugar, tire de ellas con la mano y cúbralas con
mucho “abono orgánico” para ocultaras de la luz solar, y así eliminarlas
definitivamente.

 
Persistencia,
la clave del triunfo



 
Ésta será su arma más importante contra
las malas hierbas. Cubra el suelo del jardín con el “abono orgánico”,
elimine todas las malezas que pueda (tirando con las manos), cave donde debe, y
utilice esta herramienta por algunos minutos siempre que visite su jardín. Haga
estas cosas de forma constante durante algunas estaciones, y lentamente, verá
como los invasores se marchan para siempre.