A medida que se van cumpliendo los
ciclos laborales, el trabajador busca seguir
adelante en la misma empresa desde otro puesto o buscar un nuevo rumbo.
“Muchos trabajadores que se sienten cómodos en el ámbito en el que trabajan,
aspiran a seguir subiendo peldaños. Es un comportamiento habitual y que
atraviesa la mayoría de los
profesionales. Lo que hay que saber es cuándo dar a
conocer la necesidad de este cambio”, sostiene la psicóloga laboral española
Judith Cabañas Ortiz.
Cómo y cuándo dar el gran salto y cambiar de trabajo
1.- Conocer muy bien cuál es el sector al que se quiere pertenecer. “Estar
informado y preparado son dos aspectos claves que deben abordarse con total
seriedad. No se puede aspirar a un puesto mejor para uno si no se lo conoce a
fondo.
La mejor manera de explicar las razones por las cuales se quiere avanzar en
este camino es que los superiores vean que se está realmente capacitado para
abordar el puesto que se pretende”, aconseja la especialista.
2.- Al estar trabajando se puede descuidar la organización y puesta al día del
currículum. Es preciso siempre tenerlo actualizado ya que para anhelar otro
puesto aunque sea en la misma empresa, es posible que se exija la presentación
de este documento.
“Es una buena oportunidad para rehacerlo y agregar aquella información
necesaria. Lo más adecuado es poder acudir a un profesional que pueda incluir
las claves primordiales y resaltar la información positiva que destaque las
propias habilidades”, comenta la profesional.
3.- Conocerse muy bien a uno mismo. “Quienes deseen enfrentar un
cambio
laboral deben tener elevado conocimiento de uno mismo para poder saber
distinguir las fortalezas y las debilidades.
Hay que hacer que todo lo positivo juegue a favor y las debilidades puedan
reforzarse para que puedan ser competentes en el futuro”, explica la
psicóloga.
4.- Adaptarse a los cambios. “Ocupar un nuevo espacio de trabajo exige
sacrificios. Las transformaciones pueden ser bruscas si no se hacen de modo
paulatino. Hay que ir con calma, explorar muy bien adónde se está parado, no
perder el entusiasmo, pero ser una persona cautelosa y parada con los pies sobre
la tierra.
Es preciso identificarse con las propias limitaciones y no desaprovechar la
oportunidad que se está generando y la confianza que se está depositando en el
empleador”, destaca Cabañas.
5.- Una vez que se está muy seguro de la decisión a tomar, hay que conocer muy
bien la situación de la empresa a la que se pertenece ya que lo más apropiado es
hacer la petición a los superiores, pero siempre dentro de un contexto correcto
y lógico.
Expandir el horizonte siempre es positivo si se tiene en claro aquello que se
dejará de lado y la nueva etapa que se comenzará.
“Sin lugar a dudas es una etapa de transformaciones que si se guían
adecuadamente puede ser una de las decisiones más fructíferas y productivas de
todas las que se tomen laboralmente hablando”, finaliza diciendo la
profesional.
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