Son muchos los trabajos que generan una tensión extra y que pueden influir
negativamente en el desempeño laboral y también en la salud emocional y mental
del trabajador.
Si no se puede revertir esta situación, hay maneras de poder negociar con uno
mismo para poder tener una
calidad de vida aceptable, sin perder la posibilidad
de obtener la remuneración pretendida.
Causas de
la presión laboral:
1.- Hay
profesiones que son especialmente estresantes y en donde todo el trabajo
que hay que hacerse es “para ayer”. “Lo que hay que lograr en estos casos es
poder pautar un ritmo de trabajo lógico con los superiores.
No se puede abarcar todo ni trabajar durante las 24 horas del día”,
comenta la psicóloga de trabajo argentina Julia Renzetti.
2.- El trabajo, cuando se lleva a cabo con estrés, conduce a equivocaciones.
“Es bastante frecuente que un empleador tenga poco personal, pero mucho trabajo
que se debe hacer para ahorrar en sueldos.
Quienes se ven perjudicados son los empleados disponibles que no podrán
asumir todas las responsabilidades. Si cumplen con los objetivos por más
esfuerzos sobre humanos que deban hacer, siempre se les exigirá lo mismo y mucho
más.
Por eso es importante plantear el tema y dejar en claro la posición”,
destaca la especialista.
3.- Es importante determinar qué es lo importante y lo urgente. “Saber
priorizar ayuda a trabajar un poco más distendido y mantener la calma mental que
es necesaria para llevar adelante un trabajo de un modo eficaz.
No todo es para mañana, aunque se pueda decir a modo de presión”,
especifica la profesional.
4.- Evitar la polifuncionalidad. “Aunque muchos jefes distribuyen las tareas
de un modo nada homogéneo entre sus empleados, lo más aceptable es limitarse a
una serie de ocupaciones a desarrollar.
Si cada vez se van teniendo más labores y distintas para llevar a cabo, hay
que hablar con los superiores y pautar nuevas condiciones en caso de que esta
realidad no puede modificarse y la empresa en la que se trabaja no pueda
contratar más empleados”, manifiesta la psicóloga.
5.- La adicción al trabajo es otro de los motivos por los cuales surge la
presión. “No siempre la responsabilidad es de los jefes. Hay individuos que
lo único que saben hacer es trabajar y se encargan de ocupar los espacios vacíos
con más trabajo.
Este comportamiento genera estrés y tensión constantes. Se trabajan más horas
que las necesarias ocasionando así un desequilibrio evidente que influye a nivel
personal y profesional”, finaliza diciendo la experta.
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