Lo primer que hay que tener en cuenta es que regresar al trabajo, si es por
necesidad económica es inevitable. “Trabajar fuera de casa no hace a la mujer
una mala madre. Es importante que madre e hijo puedan disponer cada uno de sus
tiempos.
Lamentablemente en estos tiempos, la mujer se ve en muchas ocasiones
obligada a
salir a trabajar. Con más razón, hay que entender esta necesidad y
adaptarse lo mejor posible a la realidad. La culp
a es mejor dejarla a un lado ya
que nada tiene que ver con que la mujer tenga que alejarse del niño por
cuestiones laborales”, comenta la psicóloga española Mercedes Arguello
Salvador.
En estos casos, lo más aconsejable es pensar y centrarse en las posibles
ventajas. “Los niños que están al cuidado de otras personas que no son los
padres, los hacen más independientes, sociables y menos caprichosos.
Tiene mayor
facilidad para adaptarse a las diferentes circunstancias y también son más
flexibles a todo lo que signifique un cambio en sus rutinas y vidas”,
sostiene la profesional.
Si la situación económica familiar lo permite, hay que pensar en poder hablar
con el jefe o supervisor para que pueda establecerse un horario de media
jornada.
Si esto no es posible, hay que dejar muy en claro los horarios que no
se pueden alterar bajo ningún punto de vista y sobre todo, manifestar hasta qué
punto es posible contar con uno en el trabajo para que no haya imprevistos de
último momento.
En cuanto a la lactancia, los momentos para poder amamantar o sacarse leche
deben ser respetados en el trabajo.
Es fundamental que estos horarios se
respeten. De a poco se irán integrando los tiempos a la rutina diaria. Los
cambios deben poder hacerse de manera paulatina.
Si ya se está en condiciones de volver al hogar tras la baja maternal, elegir un
día de la semana como un jueves es una buena opción para ir acomodándose de a
poco al esfuerzo que implica retornar a las labores profesionales.
“En
general, las mujeres que han dado a luz recientemente y tienen un niño muy
pequeño, lo que menos hacen durante estos meses de baja es descansar.
Al
contrario, son los meses más difíciles y devastadores de todos y la mujer no
sólo estará más cansada que antes sino que debe incorporarse a las actividades
laborales con lo cual todo se complica mucho, más teniendo en cuenta el agregado
de la carga psicológica que tanto pesa”, analiza la especialista.
Sugerencias para no sentir culpa al volver a trabajar.
– Comenzar a mitad de semana para ir adaptándose de a poco a la rutina laboral
– Pedir ayuda a los familiares o amigos más cercanos para que puedan colaborar
con la asistencia al niño cuando se esté en el trabajo. Hacer respetar el
acuerdo en el trabajo
– Los horarios de lactancia y las horas estipuladas de trabajo deben ser
respetadas y garantizadas sin que exista de por medio excusa alguna
– Si el cambio es muy extremo o el niño requiere de cuidados especiales a parte
de los habituales, lo mejor es plantear en el trabajo un horario más flexible o
cumplir con todas las horas, pero alguna de ellas desde el hogar
– Hay muchas
alternativas que se pueden plantear en beneficio de todas las partes
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