El trabajo y la felicidad

¿El trabajo hace a la felicidad? Un nuevo estudio sugiere que


Según una
investigación efectuada por la Universidad de Utretch (Holanda) y la Universidad
de California, (Estados Unidos), los matrimonios más felices son aquellos en los
cuales ambos integrantes de la pareja desarrollan un empleo.

Tras cuatro años de
estudio, y luego de haber interrogado a más de 170 parejas, se ha llegado a la
conclusión de que cuanto más se incrementan las labores de la mujer (trabajo
fuera de casa y tareas domésticas), los hombres se ven más predispuestos a
colaborar dentro del hogar. Esta actitud hace que la mujer confíe más en su
pareja y se sienta más a gusto, por lo tanto, más feliz.

La
sobrecarga de tareas puede provocar justamente lo contrario. “Esto ocurre
generalmente cuando es la mujer quien no solamente trabaja fuera de la casa sino
que se encarga exclusivamente de todas las
actividades domésticas.

Es el hombre
quien descansa mientras su mujer está desarrollando varias manos a la vez para
poder cumplir con todas las obligaciones que implica la
vida en pareja.

La
frustración es evidente y no hay mujer que se pueda sentir satisfecha de su
relación si se desarrolla en estos términos”
, comenta el psicólogo de pareja
argentino Marcos Delvini.

Otro de
los beneficios hallados en el estudio ha sido comprobar que aquellos varones que
colaboran con la mujer en las tareas de la casa, tienen mayor cantidad de
relaciones sexuales, más placenteras y seguidas

El
equilibrio es la base de las relaciones humanas. Mucho más si se está en pareja.
“Ambos miembros deben asumir la responsabilidad que han adquirido al decidirse a
convivir.

El hombre, más allá de una conducta ancestral que implica la escasa o
nula colaboración doméstica, debe entender que los tiempos han cambiado y que la
mujer no ha sido concebida para estas labores como se pretende confirmar.

Tanto
hombres como mujeres deben colaborar para que exista un equilibrio que sostenga
un buen matrimonio en donde uno se preocupa del otro de manera sincera, con
respeto y ayuda mutua”, explica Delvini.

Cómo
lograr el equilibrio:

·
Apuntar los horarios laborales de cada uno para poder establecer quien se
encargará según el día de la semana, de las diferentes tareas domésticas.

·
Dejar comida elaborada y almacenada para ahorrar tiempo y poder dedicar ese
lapso para otras circunstancias.

·
Disponer de un fin de semana en pareja para compartir un paseo especial o dormir
fuera en un hotel y así contrarrestar los estragos de la rutina

·
Hacer algo especial por el otro una vez cada tanto para reforzar el vínculo y
demostrar la estima y el afecto que se siente.

·
Establecer una comunicación clara con la pareja. Si uno cocina, el otro tendrá
que lavar la vajilla, ordenar la casa o encargarse de los hijos. Lo importante
es repartir las tareas
para que no exista una sobrecarga de labores que
solamente uno de los dos deba asumir.


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