En muchas
ocasiones, los jóvenes se ven expuestos a presiones que se originan en el seno
familiar y también en el círculo de amistades.
“Si no se tiene vocación desde
pequeños la elección resultará muy difícil ya que serán otras muchas cosas las
que pesarán a la hora de elegir: la salida laboral, las posibilidades reales de
perfeccionar la profesión una vez se termine el estudio universitario o el
dinero que se podrá lograr con ella, comenta la psicóloga argentina Susana
Valdivia.
Consejos
claves para elegir una carrera
·
Informarse con tiempo (un año antes de terminar los estudios de bachillerato)
sobre las universidades disponibles en relación a los gustos que se tengan
· Si
no se tiene idea de qué orientación seguir, hay exámenes específicos que pueden
ayudar y que determinar las inclinaciones de cada uno. “Acudir a un gabinete
de orientación vocacional para que junto con el alumno se puedan barajar
diferentes alternativas siempre basadas en sus intereses y habilidades”,
sostiene la especialista.
· Por
más difícil que le resulte a los padres aceptar la carrera elegida por los
hijos, deben hacerlo y apoyarlos ya que uno de los ingredientes primordiales que
marcan el éxito es hacer lo que uno ama sin presiones ni prejuicios.
· Los
adultos suelen preocuparse mucho porque a veces los hijos no eligen con la
cabeza. “Es anormal pedirle a un joven de 17 o 18 años que elija una carrera
basándose en una seguridad económica futura.
Lo que tienen que intentar es
cambiar la manera de pensar y decir que hagan lo que hagan, si lo hacen con
entusiasmo y dedicación tendrán no solamente éxito personal sino también
financiero ya que los logros dependen de cada uno más allá de lo que esté
solicitando el mercado en el momento.
Mucho más teniendo en cuenta la crisis
económica mundial donde exitosos profesionales que se han guiado justamente por
un parámetro económico ven cuanto hay cambiado la realidad”, reflexiona la
psicóloga.
·
Conocerse a uno mismo es la clave para poder llevar a cabo todo lo propuesto. “Hay
casos en los que el estudiante recién salido del colegio está aún inmaduro y con
muchas inseguridades y tampoco es válido obligarlo a que se apunte a cualquier
carrera para que no pierda tiempo o esté vagando todo el día.
Hay que ser
coherentes y si realmente el joven está muy perdido y confuso hay que darle
tiempo y ser tolerante. Siempre hay opciones intermedias hasta que el panorama
se vea con mayor claridad.
Los cursos son una buena salida no solo para que el
estudiante esté ocupado sino para que vaya descubriendo cuáles son sus
verdaderos intereses en la vida”, aconseja la profesional.
· Si
se está indeciso entre dos profesiones, sopesar los pros y contras de cada una
de ellas. Hablarlo con un especialista es una opción recomendable ya que una
persona que se dedica a este tipo de cosas puede dar una opinión válida y basada
en la experiencia.
Si una de las dos alternativas que gustan por igual tiene más
beneficios laborales a futuro, la respuesta será más que evidente, aunque
inclinarse siempre basándose en este tipo de pensamientos puede ser un arma de
doble filo y en el momento en el que uno tiene el título, la realidad ya sea
distinta.
·
Participar aunque no se tengan ganas de las charlas abiertas que organizan las
universidades. Se pueden descubrir gustos que estaban ocultos y también conocer
gente interesante que puede orientar sobre el rumbo a tomar.
·
Reunirse con familiares que tengan diferentes carreras y que puedan hablar de
cómo es la profesión de cada uno. Interesarse sobre cómo es un día laboral para
ellos, y ver si algo de lo que comentan puede llegar a importar como para
tenerlo en cuenta como posible elección.
Acompañar a los hijos durante esta etapa es una
tarea sumamente importante ya que tiene que ver con el camino que se tendrá de
aquí en adelante. “El respaldo tiene que existir ya que de él depende que el
joven no esté cambiando de carrera cada año.
Sentir que tiene un pilar fuerte y que
acompaña detrás es de vital importancia aunque no el estudiante no lo haga saber
o lo valore lo suficiente. Tarde o temprano se dará cuenta de lo valioso que es
tener una familia que lo contiene.
Es cuestión de tiempo y maduración. Dos
virtudes que se cultivan y que no es muy habitual que se despierten a tan
temprana edad”, termina aclarando la psicóloga.