Varias investigaciones aseguran que las mujeres invierten más
tiempo físico al
trabajo, pero no el salario que perciben no está relacionado con el esfuerzo que
se hace. Los hombres, emplean menos horas trabajadas y ganan más dinero.
El Departamento Administrativo nacional del Estado (dane), de Colombia afirma
que el 43 por ciento del trabajo total femenino en las áreas urbanas carece de
remuneración.
Durante el período 2007-2010, las
mujeres trabajaron 10,8 horas semanales más
que los hombres de dicho país y las cifras empeoran si se habla de zonas
rurales.
Las actividades que no reciben paga alguna o que más se ven perjudicadas
económicamente para ellas son el trabajo del hogar y el cuidado de niños ya que
insumen mucho tiempo y no se recibe salario alguno como contraprestación.
Según un informe elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas de España y con la colaboración de varias universidades españolas
determina que el tiempo que consumen las mujeres en actividades culinarias es de
793 horas al año, las tareas de limpieza consumen 558 horas anuales.
El cuidado de los niños en el hogar sigue siendo una de las tareas más
absorbentes ya que se utilizan 355 horas al año. A la semana ellas dedican 10,78
horas al cuidado de los hijos contra el 3,03 horas que ofrecen los varones.
Esta misma investigación afirma que en cuanto a
empleo remunerado, las mujeres
trabajan 56 minutos más que los hombres.
Ellas tienen un acceso al trabajo pago
más bajo que los hombres y alcanzan la mayor dedicación entre los 25 y 29 años
mientras que los hombres la alcanzan entre los 40 y 49 años. Las mujeres casadas
dedican menos tiempo al empleo que los varones casados.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas de España, (INE), las mujeres ganan
menos dinero que los hombres. El sueldo medio anual de las mujeres es un 25,6
por ciento inferior al de los varones.
“La desigualdad salarial es apreciable en casi todas partes del mundo. La mujer
siempre se ha visto afectada por esta situación.
Es un círculo vicioso del cual
es complejo salirse porque cuanto más tiempo dediquen las mujeres al trabajo del
hogar que no es remunerado, menos tiempo podrán emplear dentro del mercado
laboral e incluso trabajando las mismas horas que un hombre y en puestos de
igual desempeño estarán percibiendo menos haberes.
Es una irregularidad social que en algún momento se tendrá que revertir para el
buen funcionamiento de la sociedad. El reparto de tareas deberá ser equitativo
dentro y fuera de la casa”, comenta el economista español Salvador Matías
Triviño.
Según los expertos, la edad, el nivel de educación y el estado civil influyen a
la hora de definir los sueldos, pero lo cierto es que el sexo también juega un
importante rol a la hora de inclinar la balanza para un sitio u otro.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo. (BID), las mujeres en
América Latina a pesar de ser más educadas ganan un 10 por ciento menos que los
hombres.
En Brasil, los sueldos masculinos son un 30 por ciento mayores que los de las
mujeres. En Colombia la brecha es del 7,1 por ciento.
“Las legislaciones y los requisitos que se establezcan por escrito para ser
cumplidos serán la única manera de poder otorgar una igualdad.
En el sector público las diferencias no existen casi nunca justamente gracias a
una reglamentación clara y que se tiene que cumplir sí o sí. En el sector
privado esto no existe y ni hablar del caso de las mujeres autónomas en donde la
diferencia puede ser de hasta el 50 por ciento.
La discriminación es evidente en muchos sectores, pero eso sí, siempre
perjudican a la mujer, que es la más perjudicada no sólo en la cantidad de
tareas que debe realizar al día sino en la paga que recibe por sus aportes a la
sociedad”,
finaliza diciendo el profesional.
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