¿Le ha pasado alguna vez
dejar una tarea para su empleado y, al regresar, encontrar que no la ha hecho?
¿Presiente que aquellos que están bajo su mando no tienen en realidad ganas de
hacer su trabajo, y ni siquiera lo harían del todo bien aunque usted les pague
más?
En algunos casos, si
siente que el trabajador es, sencillamente, un irresponsable, no habrá mucho
para hacer, salvo desvincularlo de la organización. Pero en otros, puede que se
trate más de un problema de motivación que de desempeño, y es por eso que podrá
modificarse tomando algunas medidas.
Como empleador o director
de una organización, debe saber que está en sus manos modificar el problema de
los empleados con bajo rendimiento. Y debe saber también que, con su
acercamiento a la situación, puede hacer mucho más de lo que cree.
En esta nota, le
ofrecemos cuatro sugerencias para motivar a sus empleados o subalternos, de
modo que ellos den todo lo que tienen de sí, para usted mismo y/o su compañía.
1. El nombre, lo más importante que uno puede tener
En primer lugar, aprenda
sus nombres y úselos cada vez que se dirija a ellos. Habrá oído el dicho, “la
palabra más agradable en el mundo es su propio nombre”. Esto es muy cierto. La
gente piensa que se la quiere y cuida cuando se la llama por su nombre.
Es algo individual, y la hace
sentirse diferente al resto, única en su tarea. Sus empleados responderán mejor
cuando los tome como individuos particulares, y sepan que usted está enterado de
quienes son ellos.
2. ¿Qué piensan de su trabajo?
Esto último nos deriva al segundo
punto. Sepa que piensan ellos. Pregúnteles acerca de cómo ellos trabajarían
mejor, que les gustaría cambiar en su modo de trabajar, en su ambiente de
trabajo, e incluso, lo que ellos disfrutan de hacer en su tiempo libre.
Conózcalos también a un nivel
personal. Aprenda a cuidar de ellos. Si sus empleados o subalternos sienten que
usted los quiere y cuida, y que cuando ellos le puedan confiar un problema usted
los tomará en consideración, muy probablemente también tratarán de mejorar en su
ambiente de trabajo, como una forma de retribución.
Siempre se tienen
empleados más responsables y eficientes cuando se logra hacer del ambiente de
trabajo el mejor lugar posible. La mayor parte de las veces, la gente trabaja
mejor en un lugar más agradable, cuando siente que su trabajo también los
satisface, y que no lo están haciendo solo por la paga.
3. El enfoque sándwich
El tercer punto, tiene que ver con
las necesidades de corregir a un empleado. Si siente que está disconforme con el
trabajo que el mismo realiza, y necesita rectificarle algunas cosas, utilice el
enfoque sándwich.
Esto implica decirle a la persona
algo bueno acerca de su desempeño, pedirle mejorar algo y entonces volver a
decirle otra cosa que hace bien. Verá que bastará con una insinuación sutil
acerca de lo que necesita ser mejorado, para que sus empleados inmediatamente lo
hagan.
Sucede que cuando se sienten
halagados, los empleados harán todo lo que puedan para mejorar su desempeño, y
demostrar que usted no se ha equivocado al elogiarlos.
Por otra parte, se sabe
que muchas veces la gente llega a ser lo que los demás esperan de ellos. Si se
les demuestra que es buena, dándoles más cumplidos que críticas, una persona
tendrá más confianza en sí mima, y se esforzará también por mejorar su conducta,
hasta que no haya motivos de reproche.
4. La importancia de la motivación
Y esto nos lleva al último punto,
el del elogio como arma de motivación. Tome al trabajador más flojo que tenga, y
comience a buscar las cosas que él hace correctamente. Alábelo por lo menos en
una cosa cada día, y verá que su desempeño crece.
Esta persona trabajará para lograr
esos cumplidos. La gente necesita ser incentivada en su desempeño, sentir que
hace algo importante, y lo hace bien. Cuándo esto sucede, los empleados se
motivan a hacer las cosas mejor, porque se les ha demostrado que son capaces de
hacerlas, y porque no desean defraudar o desilusionar, demostrando lo contrario,
a quién le ha dado estos cumplidos.
Si sigue estos principios
generales, sus empleados sentirán que más que un jefe tienen un cuidador que se
interesa en ellos, los cuida e incita al progreso, y comprenderán cuan
importante es desarrollar un buen desempeño. Entonces, y sólo entonces, darán
todo lo que tienen de sí por usted y/o su compañía.
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