Supere las opiniones negativas sobre los trabajadores de mediana edad

Muchas veces, quienes buscan trabajo piensan cosas de ellos mismos que suelen ser un obstáculo para conseguirlo. También los empleadores pueden tener visiones algo prejuiciosas de los trabajadores maduros. Aprenda a superarlas.

Para
comenzar, algunos ejemplos de actitudes negativas que suelen adoptar los
trabajadores maduros.
 

No
somos bienvenidos en el lugar de trabajo
 

Muchas
veces, aquellas personas mayores que buscan trabajo se aíslan solas. Están
convencidas de que debido a su edad ya no pueden insertarse bien en el ambiente
de trabajo. Este tipo de pensamiento lo genera la sociedad. La manera de
revertir esta visión de las cosas es demostrarle a los otros que todavía se
tiene algo para ofrecer. Un camino puede ser unirse a un grupo de apoyo de su
rama laboral o de estudios, para aprender cómo llevan adelanta estos momentos
de transición otras personas. Este tipo de grupos también puede ayudar a
identificar los puntos fuertes y a orientar los objetivos laborales inmediatos.
 

Lo
recomendable es que los trabajadores adultos se mantengan en contacto con el
nuevo y flexible mundo laboral para mantener sus aptitudes actualizadas. En una
entrevista de trabajo, lo deseable es hacer referencia a algo que es de uso
corriente en el año 2000, no en 1980.
 

Para
encajar mejor, muchos adultos mayores piensan que deben lucir jóvenes. Pero
esto realmente no es necesario. Se debe aceptar el envejecimiento como algo
natural en la vida, y debemos –dentro de lo posible– sentirnos cómodos con
respecto a eso. Sin embargo, esto no significa que se deba descuidar el aspecto
personal. Antes de una entrevista laboral, trate de informarse acerca de cómo
se maneja la empresa en cuanto a las exigencias con la vestimenta. En algunos
casos conviene vestirse un poco más formal; en otros, un atuendo informal será
lo más aconsejable. Pero si uno elige el mejor traje azul que tiene, y cuando
llega al lugar se encuentra con que todos los empleados usan jeans, sin duda el
vestuario contribuirá para hacerlo lucir bastante más viejo
 

Soy
demasiado viejo para empezar de nuevo
 

Esta
manera de pensar está muy generalizada entre los adultos. Muchos no se imaginan
emprendiendo ningún proyecto nuevo que sea diferente a lo que hicieron hasta
ese momento, porque han trabajado en el mismo campo toda su vida.
 

Muchas
personas se definen con su título o su ocupación y no apostando a sus
potencialidades, a lo que pueden llegar a hacer. Luego de hacer un mismo trabajo
por 20 años, pierden de vista los logros que realmente alcanzaron. Conviene
siempre pensar en las aptitudes aprendidas a lo largo de toda la carrera laboral
y no solamente en el título, que a veces puede ser muy limitante para las
aspiraciones futuras.
 

En
algunos talleres para gente que busca trabajo, se pide a los participantes que
escriban las tareas específicas que desempeñaron en sus trabajos y en sus
vidas, poniendo especial énfasis en los logros. Muy a menudo los propios
participantes se sorprenden de lo largas que pueden llegar a ser sus listas de
logros. De esta manera se dan cuenta que las habilidades adquiridas en trabajos
pasados pueden significarles muchas opciones que nunca antes habían considerado
 


más que el joven que me está entrevistando
 

Dado
que muchos adultos tienen una vasta experiencia, tienden a pensar que ellos podrían
hacer mejor cualquier trabajo. Sin embargo, deberán ser cuidadosos en ocasión
de una entrevista laboral. Si se consigue el empleo, se deberá incorporar
primero la “cultura” de la empresa antes de dar consejos o darse aires de
superioridad ante los pares. Es frecuente que una entrevista laboral no llegue a
buen puerto porque el entrevistado quiso explicarle a la persona encargada de
evaluarlo cómo hacer tal o cual cosa. El mejor enfoque en estos casos consiste
en ser abierto y mostrar voluntad de incorporar nuevas ideas y aprender nuevas
tareas. Al aceptar que uno puede aprender de alguien más joven, la edad se
convierte en un factor irrelevante tanto en el proceso de selección laboral
como en el trabajo en sí.
 

Pero
no sólo los empleados tienen prejuicios que les pueden jugar en contra. Los
empleadores también poseen a veces enfoques limitados de algunas situaciones.
Veamos.
 

No
quiero tomar a nadie de más de 40 años
 

Este
pensamiento flagrantemente discriminatorio es moneda corriente entre los
empleadores. La mayoría de las veces no se expresa directamente, pese a que
muchos encargados de selección de personal lo ponen en práctica. La entrevista
laborar es de importancia crucial, pero para llegar a ella un candidato debe
reunir habilidades específicas para el tipo de trabajo. Se pueden omitir los
datos que delaten la edad en el currículo, claro, pero cuando llega la
instancia de encontrarse cara a cara con un potencial empleador no hay manera de
soslayar el tema. Sin embargo, un candidato maduro tiene maneras de demostrar
que le puede ser útil a una empresa que esté en posición de contratarlo. Para
esto, claro, no deberá hablar de sus años en el colegio secundario o de sus
nietos, sino de las necesidades de la compañía y de cómo puede encajar en su
estructura de la mejor manera.
 

Esta
persona parece estar sobrecalificada
 

Cuando
un empleador dice o piensa esto, muchas veces lo que sucede es que el
entrevistado no se supo “vender” correctamente. Muchas veces los adultos
pueden espantar a un potencial empleador describiendo todas sus calificaciones y
su experiencia. Cuando se es un adulto mayor y se está intentando retornar al
mercado laboral, se debe hacer énfasis solamente en las experiencias y
habilidades que tengan que ver con el trabajo en cuestión.
 

Quiero
contratar gente mayor porque son más baratos
 

La
edad nunca debería ser un factor que determine el sueldo a percibir. Por el
contrario, cuanto más calificado y experimentado es un individuo, más razones
tiene para exigir que se lo compense adecuadamente.
 

Esta
persona puede jubilarse pronto, ¿por qué contratarlo?
 

Hay
que hacer que el empleador deje de pensar en la edad. Antes de la entrevista, lo
ideal es investigar lo más que se pueda acerca de la compañía y el puesto de
trabajo. Se debe ser capaz de describir las capacidades y experiencias propias
de acuerdo a las necesidades del puesto al que se aspira. Se debe mostrar
entusiasmo por la oportunidad de desarrollarse. Si se cumplen todos estos
requisitos, pesarán más todos los factores positivos que la pesada mochila de
los años.
 

Para
una persona madura que esté buscando trabajo, es fundamental relativizar en
todo momento el factor de la edad.