Trabajadores… y cuidadores
Sin muchas las personas de mediana
edad en Occidente que deben, de un día para el otro, hacer cargo de sus padres
mayores o de un pariente muy enfermo. Y todas aquellas que suponían que el
cuidado de su padre mayor podría o estaba dañando su carrera profesional,
deben saber que esta idea fue finalmente comprobada científicamente por un
grupo de investigadores.
En efecto, dos instituciones
norteamericanas como el Centro Nacional para Mujeres y Mayores de la Universidad
de Brandeis, junto con la Alianza Nacional para el Cuidado de Mayores,
realizaron un estudio en donde llegaron a la conclusión de que aproximadamente
dos tercios de las personas que tienen bajo su cargo el cuidado de un pariente
adulto, pierden y/o deben desaprovechar ascensos, promociones, aumentos, y otras
oportunidades de educación y entrenamiento.
Contando a los
cuidadores
Según señalan las estadísticas,
esta situación estaría afectando a un número significativo de personas.
Asimismo, diversos estudios difundieron los siguientes números en relación con
las personas afectadas por el cuidado de mayores o de personas con un problema
de salud crónico o de largo plazo, en los países occidentales:
• Casi uno de cada cuatro hogares
tiene en su seno a una persona que está implicada en el cuidado de personas
mayores de 50 años.
• La edad promedio de quienes se
encargan de cuidar a un ser querido es de 50 años.
• Aproximadamente el 70 por
ciento de las personas que tienen a su cargo una pareja o padre mayor es del
sexo femenino. Asimismo, las mujeres suelen gastar cinco horas de la semana en
efectuar tareas relacionadas con estos cuidados, es decir dos horas semanales más
que sus pares del sexo masculino, que sólo destinan tres.
• Aproximadamente el 10 por
ciento de la población económicamente activa (PEA) está implicada también en
proporcionar cuidado a persona mayores.
• Un promedio del 35 por ciento
de los empleados, tanto de jornada completa como de tiempo parcial, afirman
haber perdido tiempo de trabajo debido a sus responsabilidades de cuidar un
adulto.
• Cerca del 15 por ciento de los
cuidadores de adultos que estaban empleados, prefirió elegir la jubilación a
una temprana edad, y un doce por ciento debió directamente renunciar a su
trabajo para ayudar a cuidar a un pariente adulto.
Aliviando la carga de los cuidadores
Si bien es difícil aceptar el
hecho de perder una prometedora oportunidad en la carrera, mucho más difícil
es, para la mayoría de las personas, desatender las necesidades de un pariente
mayor. Y es que en efecto, para muchas personas de mediana edad que estaban
seguros de seguir desarrollándose al máximo dentro de sus carreras, fue también
inconcebible la idea de darle la espalda un padre necesitado de cuidados.
La clave, entonces, sería lograr
un adecuado equilibrio entre sus necesidades personales y de carrera, y las de
su pariente (sin mencionar el hecho que muchos de estos cuidadores trabajan
también de padres…).
Para esto, será importante que el cuidado no sólo
recaiga en uno de los hijos sino en todos, y que la familia entera de cada uno
de los cuidadores, se haga también responsable del cuidado del mayor.
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