Hay parejas que fortalecen el vínculo si comparten un
emprendimiento laboral.
Hay quienes opinan que mejor mantener al
cónyuge al margen del trabajo sobre
todo para que exista independencia y se pueda disponer de un tiempo sin que el
otro lo invada. De este modo habrá menos ocasiones para discutir.
Si ambos
desean participar de un proyecto laboral hay que seguir determinados
lineamientos:
1.- Definir las prioridades y las responsabilidades: “cada uno tiene que
poder hacerse cargo de determinados aspectos que requieran una misma
importancia.
De esta manera ninguno de los dos se sentirá más importante que el
otro”, sostiene la consultora de empresas argentina Ludmila Gallego.
2.- Ser lo suficientemente maduro para saber separar los conflictos: “En una
pareja no faltan las discusiones. Lo que hay que lograr es que la vida laboral
no se vea afectada por las peleas conyugales.
Si no se logra hacer que este
aspecto funcione, no se podrá llevar adelante ningún emprendimiento en pareja.
Antes de establecer el vínculo empresarial hay que pensar muy bien si ambos
serán capaces de establecer los límites y poder llevar adelante un negocio a
pesar de las vicisitudes amorosas”, argumenta la profesional.
3.- Dejar todo por escrito: “Este es un punto clave ya que se cree que porque
existe confianza y conocimiento, solamente basta con la palabra. Es un gran
error y los cónyuges deben dejar todo por escrito y legalizado.
Aunque esta
reacción se confunda con la desconfianza es mejor ser precavido y es lo que
siempre se hace cuando se crea una empresa. Hay que poder separar los tantos y
nadie tiene por qué sentirse lastimado”, aconseja Gallego.
4.- Las decisiones deben ser tomadas en conjunto. “Si uno de los dos quiere
tener el poder sobre ellas, debe estar previamente hablado. Lo que no se puede
hacer es tomar decisiones por el otro sin comentarlo o valerse de una ausencia
para hacer lo que se quiera. Todo debe ser consensuado”, explica la
profesional.
5.- Hay que ver a la pareja en el trabajo como el socio y no como el marido o la
esposa. “En los momentos difíciles sobre todo, se puede perder la perspectiva
y no afrontar las situaciones porque no se ve realmente al otro como un socio
sino como la pareja.
Hay que ser muy consciente de esta realidad y de modo
maduro saber hacer la pertinente diferencia para que la empresa tenga éxito”,
finaliza diciendo la consultora.
Antes de tomar la decisión de embarcarse en un proyecto empresarial con la
pareja, puede ser muy acertado el consultar con un asesor que pueda determinar
si es la mejor decisión.
Es importante analizar la personalidad de ambos y sobre
todo, reflexionar acerca de lo que cada uno puede aportar al negocio para ver si
éste tendrá futuro.
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