Cómo mantener la calma en cualquier circunstancia

Aprende cómo hacen los mejores deportistas para mantener la calma en las situaciones más extremas, y comienza a aplicar lo aprendido en el trabajo (o en cualquier otro lugar...)


Hemos sido testigos de muchos casos de deportistas profesionales de primer nivel que han jugado como jugadores amateurs. Cuando es el último partido de un campeonato, o hay un tiro que define el juego, la presión externa puede hacer que incluso los mejores jugadores fallen. Puede suceder también en los negocios.

Frente a una presentación ante un posible cliente o una entrevista de trabajo que podría significar un contrato lucrativo, incluso los empleados más experimentados pueden fallar.

Entonces, ¿cómo puede mantener su nivel ante la presión? Mucho se ha escrito sobre esto en el mundo de la psicología del deporte. Dirigida a mejorar el rendimiento físico, la psicología deportiva es un campo que ha florecido en las últimas décadas, con lecciones que pueden aplicarse para mejorar el rendimiento mental de todos los días.

Las dos causas del fracaso deportivo

Los psicólogos del deporte han identificado dos fenómenos que afectan el rendimiento deportivo: el “seguimiento explícito” y la “amenaza del estereotipo”. Ambos afectan las habilidades mentales, pero de diferentes maneras.

El seguimiento explícito no es más que prestarle demasiada atención a algo que normalmente se hace de forma automática. Cuando uno está aprendiendo un nuevo deporte o nuevas técnicas de venta, es importante dividirla en pequeños pasos y llevar a cabo cada uno de ellos hasta que se conviertan en algo automático. Una vez que se haya hecho esto, es importante olvidarse de la técnica.

No es que la supervisión explícita genere problemas a causa de la atención prestada a los detalles, sino que la supervisión explícita elimina la memoria muscular o mental, algo vital para el rendimiento.

Piense en esta memoria de trabajo como una especie de bloc de notas de fácil acceso para realizar los ajustes necesarios ante sucesos inesperados. Si la memoria muscular de un deportista se concentra en todos los detalles necesarios para un golpe de golf, por ejemplo, quedará menos memoria disponible para destinar a, por ejemplo, la pendiente, la dirección del viento y la distracción del público.

En una presentación de un negocio, si su memoria de trabajo está llena de todos los detalles de su bloc de hojas, su lenguaje corporal e incluso si los pantalones de su traje nuevo se han roto, usted tendrá menos reacción a la hora de responder a una pregunta de un cliente.

El otro concepto está directamente relacionado con la confianza en uno mismo. La amenaza del estereotipo también se denomina a veces amenaza de la identidad, porque todos sentimos que una parte de nuestra identidad es inadecuada.

Si pensamos en eso al realizar una tarea, esta se realizará peor que de costumbre. Las mujeres que realizan exámenes de matemática suelen cometer más errores si se les dice la prueba consiste en una medición de géneros.

Los ingenieros masculinos de color blanco, obtienen buenos resultados en los exámenes de matemáticas si se les dice que es una medición de género. Pero si se les dice que están siendo comparados con ingenieros asiáticos, se ahogan por completo.

Combatir estas dos amenazas psicológicas es una fórmula de tres partes:

1. Relajarse

Los estudios realizados tanto en deportista como en alumnos que debían realizar un examen, han demostrado que, aquellos que le habían dedicado al menos 10 minutos a los ejercicios de relajación antes de realizar su actividad, obtuvieron mejores resultados que aquellos que no dedicaron un tiempo a la relajación.

2. Distraerse

La única manera de evitar el seguimiento explícito es distraerse de la tarea en cuestión. Algunos deportistas reconocen que cantan para sí mismos. Otros rezan. Otros piensan acerca de que tienen que hacer más tarde.

3. Creer

La superación de la amenaza del estereotipo es simplemente un ejercicio mental. Aquellos que tengan que dar un examen, a los que se les ha dicho que la prueba será fácil para su género o raza, tienden a hacerla mucho mejor. Por lo tanto, es necesario replantearse las consideraciones internas negativas.

Por ejemplo, hay que creer en el valor de la sabiduría y no en la discriminación por edad. Creer en el valor del multiculturalismo, y no en la xenofobia. Recuerde que todos estamos compuestos de muchas “identidades”.

Todas ellas pueden ser objeto de discriminación. Es importante entrar en la sala pensando en la identidad con la que se sienta más cómodo. La autoestima es contagiosa. Todo el mundo quiere estar cerca de gente con confianza en sí mismo.

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