La
Pregunta y El Aprendizaje
En
todas las situaciones sociales, y momentos de la vida, la pregunta es poderosa y
puede cumplir con importantes funciones.
Por
ejemplo, en el plano de la educación o del aprendizaje de cómo debemos
comportarnos en sociedad, de cómo debemos relacionarnos con el resto de los
seres humanos.
Pensemos
qué pasaba cuando éramos chicos y estábamos haciendo algo que no debíamos, o
teniendo una actitud hacia otra persona que no era la correcta. ¿No se usaba,
muchas veces, la pregunta como forma de amonestar esa conducta, de evitar que se
repita?
Supongamos
que tenemos diez años de edad y estamos molestando a un compañero de clases.
¿No
es muy probable que la maestra o nuestro padre nos pregunte, con tono que deja
muy claro que es lo que se quiere decir, si nos gustaría que nos hiciesen eso
mismo a nosotros? ¿Y no nos afectaba, el pensar como estaríamos nosotros si
estuviésemos en la piel del otro chico?
¿No
es muy poderoso lo que se genera de esta forma, que con una simple pregunta
puede lograr un cambio actitudinal tan completo?
Esta
es una pregunta que es devastadora, que fuerza a dejar de lado la actividad que
se considera incorrecta, porque nos fuerza a ponernos en la situación del otro,
nos hace vernos como lo estamos viendo en ese momento y sentir lo que esa
persona siente.
Es
una pregunta que genera un análisis introspectivo muy intenso, muy poderoso. Es
otra muestra muy clara del poder que puede tener la pregunta sobre nosotros y
sobre nuestras reacciones.
Y
movámonos un poco adelante en el tiempo, vayamos hacia adelante en nuestra
vida, concentrémonos en nuestro presente y pensemos que nos afecta más, si un
libro lleno de reglas, de prohibiciones, de explicaciones de qué esta mal y que
va en contra de la ley; o una lectura simple, llena de preguntas, que justamente
nos introduzca en esa reflexión sobre nosotros mismos y sobre lo que estamos
haciendo. Es mucho más impactante.
El
Arte de Preguntar
Justamente
de esto se han ocupado muchos autores a lo largo de los últimos años, de tomar
la pregunta y ver cómo funciona en sociedad y cuáles son sus poderes y sus límites,
de cuánto podemos lograr con una utilización conciente de los mecanismos que
se desatan cuando se hace una pregunta.
Por
ejemplo, hay autores que hablan de un arte y una prctica de la pregunta, de la
habilidad de hacer preguntas y mediante estas preguntas entender, aprender y
aumentar nuestra capacidad, de hacer más fuerte nuestro sistema cognoscitivo,
llevar su potencial positivo a un nuevo nivel.
Otro
de los aspectos de los que hablan muchos autores, como de una de las
posibilidades que brinda la pregunta es la creación en conjunto de una
respuesta, en un grupo que incluya a quien realiza la interrogación junto con
un grupo de personas a los que se está interrogando.
Es
un proceso riesgoso, por supuesto, porque, como sucedía en el caso de
preguntarle al cliente, la respuesta puede escaparse de nuestro control, puede
ser que perdamos la habilidad de manejar las reacciones del grupo.
Pero
en general podemos confiar en que, si lo hacemos bien, tenemos cierta habilidad
con la palabra y, principalmente, sabemos lo que tenemos que preguntar, cómo y
cuándo, obtendremos como resultado las respuestas que deseamos obtener.
La
técnica de usar la pregunta para guiar a las personas hacia el sitio donde
queremos guiarla, para obtener los
resultados deseados funciona. No hay dudas al respecto. Los estudios lo
demuestran y también lo puede demostrar cualquier experimento casero que
deseemos hacer.
Podemos
utilizarla sin miedo, con tan sólo prepararnos un poco, para realizar pequeñas
ventas, grandes cambios en las estrategias de nuestra empresa,
reestructuraciones mayores en la forma de trabajo de la misma, para la toma de
decisiones o para lo que necesitemos.
Y
no importa mucho el tamaño de un grupo, y tampoco si sabemos lo que estamos
haciendo. Es cierto, cuanto mayor el numero, mayores son las variables
personales con las que nos enfrentamos, pero si las preguntas están
cuidadosamente pensadas, podemos marcar el camino casi con la misma facilidad
que si estuviésemos trabajando con una persona sola.
Lo
único importante es armar las preguntas con cuidado y que se ajusten a las
variantes y a los patrones que necesitamos, que realmente dejen marcado el
camino que queremos que se siga.
Conclusión
Como
hemos visto, el poder de las preguntas es inmenso, prácticamente infinito. Si
bien es cierto que, lamentablemente, es un arte que se empieza a entender y
aplicar tarde en la vida, y con el que mucha gente nunca entra en contacto,
también es cierto que hay mucha gente trabajando sobre él, preparando libros y
cursos que nos pueden ser muy útiles si deseamos mejorar nuestra capacidad de
preguntar bien y en el momento correcto.
La
utilización de preguntas positivas se puede convertir en nuestra principal arma
a la hora de lograr resultados.
Las
preguntas pueden ser muchas y las diferentes técnicas para introducirlas prácticamente
infinitas. Sólo debemos ser conscientes de su poder y de cómo utilizarlas
correctamente y con esos seremos capaces de cambiar nuestra vida para mejor, así
también como todo lo que nos rodea.
Y
si quieres conocer lo que los expertos tienen para
decirte, descarga ahora nuestro libro gratis
Empresarios
y emprendedores (haz clic en el nombre del libro para
descargarlo).