Para
los chinos, la
crisis
tiene dos significados "peligro y oportunidad",
es uno el que elige calificarla de una u otra forma; ya que también de su buena
resolución se puede lograr el dinero, el éxito
y la prosperidad. Las
posibilidades existen y depende de nosotros que la podamos detectar.
El éxito
no llega por casualidad, es fruto de nuestras decisiones y nuestras acciones y
no de una causa ajena y sobre todo es producto de nuestra propia creación. A
cada instante estamos fabricando en nuestra mente una realidad particular.
Es
allí donde debemos aprender a ver las situaciones propicias, ya que las mismas
están, sólo hay que ser capaces de percibirlas.
Si
creemos que un conflicto no tiene solución, probablemente no lo tendrá, pero
si frente a este problema cambiamos nuestro modo de pensar, nuestro punto de
vista, seguramente encontraremos la salida; lo fundamental es pensar de un modo
adecuado. Un ejemplo es lo que ocurrió n la época de la gran depresión, en
EEUU.
En 1929 en este país el dinero dejó de circular, pero el gobierno
continuó emitiendo billetes; esto se dio porque el dinero pasó de muchas a
pocas manos y los que apostaron positivamente a obtener réditos de la
depresión percibieron ganancias, en cambio los que creyeron que iban a perder
dinero, así lo hicieron.
Es de los conflictos y de la manera en que discernimos
en cómo manejarlos donde adquirimos nuevos conocimientos y podemos avanzar y no
desde las soluciones.
Henry Ford decía " tanto si piensa que puede como si
piensa que no puede, de cualquier modo está en lo cierto". La vida que
cada uno lleva es producto de una creación personal y no de las circunstancias;
no debemos considerar a los problemas como nuestros mayores enemigos, ya que son
los que nos brindan la posibilidad de crecer.
Pero
la visualización depende de la experiencia. No siempre lo que es en un
determinado momento será de igual manera por siempre, muchas veces es
modificado por otras vivencias y esto hace que le demos un nuevo enfoque a la
realidad. Una de las condiciones para que se de la nueva percepción es que
aceptemos nuestra capacidad de cambio así como que brindemos al otro la misma
posibilidad.
Si adoptamos una calificación determinante para las personas u
objetos que nos rodean, muchas veces negativa y con el tiempo la seguimos
manteniendo, no le otorgamos la posibilidad que se modifique ni que nosotros nos
renovemos en nuestra manera de actuar.
Todos
tenemos aspectos más débiles y otros más fuertes. De nuestra estructura
imaginaria dependerá nuestro accionar, si acentuamos nuestras propias
debilidades no conseguiremos progresar, en cambio si nos proponemos crecer sobre
nuestras propias fortalezas es allí donde se incrementará la propia capacidad
para enfrentar los problemas y las cualidades tenderán a aumentar.
Si nos
manejamos desde los aspectos negativos, de lo que "no se debe hacer
probablemente" terminemos haciendo eso mismo que rechazamos, en cambio si
nos proponemos hablar de aquellos caminos que sí son viables, seguramente
lograremos realizar actos positivos.
El
éxito tiene que ver con el alcanzar lo que se desea. Uno de los problemas más
frecuentes que tienen las personas que no lo logran es que se fijan metas muy
amplias, imposibles de concretar y no logran disfrutar de los pequeños
adelantos que se van dando.
Entonces se proponen gratificarse cuando hayan
logrado un ascenso en la carrera, o cuando hayan podido acumular una determinada
cantidad de dinero, o cuando lleguen a una edad en que dejen de trabajar.
De
esta forma nunca lograrán estar felices y enorgullecerse de lo que ya han
obtenido. Por ello resulta útil fijarse objetivos a corto plazo y visualizarlos
para aclararlos, después de ese período evaluarlos y proponerse nuevos,
estando ya en mejores condiciones para seguir el camino.
Todo
problema tiene solución, si nos valemos de una única herramienta para
enfrentarlo, veremos las soluciones acotadas a las posibilidades de ese
instrumento.
Según Mark Twain "si la única herramienta que se tiene es un
martillo, uno creerá que cada problema que surge es un clavo." El
psicoanalista tenderá a pensar que todo se resuelve a través del psicoanálisis.
Para Einstein los problemas importantes no pueden ser resueltos en el mismo
nivel de pensamiento en el que surgieron, para resolver un inconveniente sin
solución, es necesario cambiar de paradigma.
No se necesita cambiar de país o
de ciudad para encontrar la solución, las oportunidades están a nuestro
alcance, sólo que hay que mirarlas de otra manera; "el verdadero acto del
descubrimiento no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en verlas con
nuevos ojos", opinó el escritor francés Marcel Proust.
En
el campo de los negocios, el conocimiento de los paradigmas es muy importante.
En 1979, el 90 % de la facturación de relojes en el mercado mundial pertenecía
a los suizos. Un día un técnico suizo le presentó a sus jefes un nuevo modelo
que acababa de inventar el reloj electrónio de cuarzo, el jefe lo miró y le
dijo que eso no era un reloj, ya que no tenía cuerda, ni muelles y rubíes.
Sin embargo a los japoneses y los norteamericanos el reloj electrónico les
interesó y lo lanzaron al mercado, es así como los suizos redujeron su
facturación a sólo un 15%. Aquí se refleja el hecho que cuando el paradigma
cambia, el conocimiento anterior deja de tener validez.
Los
problemas que se presentan en la vida cotidiana nos incentivan a crecer, sino no
seríamos útiles en nuestros empleos. Vivir, es enfrentar un problema tras
otro, la diferencia está en la manera en que uno los encara.
No interesa el
inconveniente en particular, sino en qué enfoque cada uno lo coloque; la
realidad no se da de forma separada a la percepción que uno tiene de la misma,
siempre es subjetiva, pero es el mejor medio para lograr lo que nos
proponemos.
En
ocasiones los fracasos se dan cuando insistimos en actuar sobre una situación
que no podemos cambiar. Toda experiencia tiene que ir asociada a una profunda
reflexión y si lo que uno hace no funciona, hay que detenerse, pensar y tomar
la decisión de comportarse de otra forma. Ya que el seguir haciéndolo de igual
manera para esperar resultados distintos a los que se dan, constituye una
locura.