Numerosas investigaciones acerca de qué es lo que hace la diferencia entre un buen gerente y un líder de éxito, han encontrado que más allá de la situación en la que se encuentre la persona, el núcleo de ese éxito radica en su carácter.
Hay muchas definiciones de carácter, pero desde este contexto, se refiere a aquellas personas que se comprometen, que cumplen lo prometido, que están abiertos al aprendizaje, que aceptan la retroalimentación de otros, que están disponibles para los demás, que dan un trato digno a todos, que confían en los demás, que colaboran sin competir, que no son arrogantes, que son tenaces y que tienen estabilidad emocional (se ajustan al cambio).
Sin embargo, aunque el carácter es el pilar del líder extraordinario, no es solamente este atributo lo que hace su éxito. Requiere de otros elementos que lo complementen, y uno de ellos es su capacidad personal, es decir, todas aquellas habilidades que hacen que sus subordinados, pares y jefes superiores lo reconozcan como experto.
Una es su conocimientos técnico; otra su conocimiento de los productos ó servicios que la empresa ofrece; otra es su capacidad para analizar y resolver problemas.
Hay otras habilidades también que están relacionadas con esta capacidad personal y que son todas aquellas que le permiten por ejemplo hablar en forma clara y concreta, hacer presentaciones efectivas en público, ser organizado en sus tareas diarias, innovar constantemente, tener iniciativas donde nadie se ofrece y buscar soluciones modernas. Por ejemplo, el uso de la última tecnología.
Otro de los pilares de un líder de éxito tiene que ver con su enfoque en resultados. Estas personas tienen muy claro adónde quieren llegar y adónde deben llegar sus colaboradores.
No son individualistas en el éxito, sino que incluyen a todos en los buenos resultados, dándoles además orientación continua para la mejora del equipo.
Además, reconocen las iniciativas de los demás y luchan junto con ellos para llevarlas a cabo: si se requiere nueva tecnología, herramientas, re-diseño de procesos, ellos son los primeros en promoverlos.
Y lo más importante, saben enfocarse en las necesidades de los demás y en los objetivos de su trabajo a corto y largo plazo, con un gran equilibrio.
Por último, otro de los pilares encontrados como esenciales y que unidos a los demás llevan al éxito a estas personas, tiene que ver con sus habilidades interpersonales. Se refiere a todas aquellas capacidades para tratar con otros.
Estas personas saben comunicarse en una forma efectiva en todos los campos y especialmente inspiran a otros para seguir su ejemplo. Saben relacionarse positivamente, pero además apoyan a los demás a ser mejores personas.
Son cooperadores; positivos; optimistas; aceptan la crítica constructiva; saben resolver conflictos; promueven la autoestima de los demás y ejercen gran influencia sobre sus superiores y colaboradores.
¿Es difícil ser así?
No es ciertamente un desarrollo fácil, pero no es imposible.
El desarrollo de un líder requiere el apoyo y compromiso de toda la organización, para transmitir en forma adecuada la misión y los valores de la empresa. Los líderes necesitan encontrar por sí solos sus fortalezas naturales y no verse forzados a un molde no natural creado por la organización.
Asimismo, deben ser involucrados en proyectos de impacto donde cuenten con mentores adecuados, apoyo para tener nuevos conocimientos; retroalimentación de sus fortalezas y áreas de mejora; pero principalmente, debe haber una promoción igualitaria a este desarrollo y un compromiso organizacional para llevarlo a cabo.
Por Cecilia del Río
www.ayudo.net
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