Las
expectativas básicas a lograr en este proyecto están vinculadas con el
desarrollo personal
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Actualización del concepto de sí mismo/a
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Descubrimiento de aspectos personales –latentes y manifiestos-
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Aceptación y expresión de los mismos
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Respeto por las diferencias
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Optimización de las relaciones con uno/a mismo/a y con los/as otros/as tanto en
el terreno de lo público como en el de lo privado.
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Desarrollo de modos comunicacionales claros
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Construcción de saberes desde lugares posibles y placenteros
Muchas conductas se van construyendo atravesadas por mitos, falsas creencias,
aprendizajes erróneos, aunque a veces se trate de verdades que fueron útiles en
una época y han perdido vigencia. La actualización de estos saberes permite
cambios conductuales que posibilita que las personas se
ubiquen de distintos modos ante su realidad, crecer, obtener nuevas
miradas ante viejas situaciones. Esto supone un cambio a favor del crecimiento.
Nuestros programas proponen pequeños espacios de indagación que permitirán una
aproximación a lo que consideramos una propuesta ambiciosa.
¿Cómo?
El abordaje se realiza mediante un trabajo grupal que integra lo vivencial
y lo conceptual, desde la reflexión verbal hacia la práctica de ejercicios de
sensibilización y registro corporal. Las técnicas son diversas y provienen de
tres campos de trabajo muy amplios, que a su vez están entrelazados e
intercomunicados permanentemente.
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La sexualidad
La sexualidad es lo que somos en tanto seres vitales: los sentidos, las
sensaciones que obtenemos a través de ellos, el sexo, el género, la cultura, las
emociones, las fantasías, la atracción, la ternura, el amor, el deseo, la
expresión, la comunicación.
Tiene que ver con la persona íntegra, atraviesa cuerpo, emociones, sensaciones,
relaciones. Somos sexuales desde que nacemos hasta que morimos con distintas
manifestaciones en las diferentes etapas de la vida. Hay una tendencia
generalizada a confundir lo sexual con lo coital, circunscribiendo así el sexo a
lo genital y/o a lo reproductivo.
Del campo sexológico tomaremos conceptos actualizados que permitan reemplazar
viejas creencias y tabúes.
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La corporalidad
Si bien nos referimos al cuerpo como un objeto del que parecemos habernos
apropiado “mi cuerpo” “mi cabeza” “mi espalda” somos ese cuerpo y lo habitamos
simultáneamente. Por ello, obtener un registro actualizado de sensaciones nos
permitirá saber más de nosotras/os mismas/os en cada momento.
Ante ciertas experiencias traumáticas
vamos creando bloqueos, tensiones crónicas, acorazamientos. Poner en
movimiento estas “zonas dormidas”, reaprender el pararse sobre los propios
pies, producir vibraciones que sacuden la totalidad de cada cuerpo, todo esto
provoca la conexión con sensaciones placenteras, aumenta la vitalidad y la
sensación de libertad. De estas acciones a favor de lo erótico surge la belleza
de cada persona.
En este contexto el “darse cuenta” es uno de los pilares del cambio. Las
técnicas de acción e improvisación en general, activan el sistema de alerta y
reacción.
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La grupalidad
Nos definimos como sujetos históricos que alcanzan la satisfacción de sus
necesidades en el marco de lo social. Desde que nacemos nos insertamos en
distintos grupos (familiar, institucional, comunitario) intentando expandir
nuestras fronteras.
Del campo grupal elegimos la Psicología Social y su forma de operar a través del
Grupo Operativo. El grupo se reúne acompañado por un equipo de coordinación que
previamente ha trabajado en la selección de las personas para constituir ese
conjunto.
El sentido general del trabajo es alcanzar el objetivo propuesto para lo que la
coordinación interviene con preguntas y señalamientos que apuntan a revisar cómo
nos comunicamos, desde qué lugares, qué modos relacionales (muchas veces
estereotipados) utilizamos, qué roles nos adjudican y/o aceptamos.
Esa mirada
que se obtiene de lo grupal posibilitará transformaciones y correcciones en los
modos operativos personales que muchas veces han dejado de ser funcionales.
De este modo se superan obstáculos, se limpian canales comunicacionales y se
aprende de la experiencia compartida.
Se busca armonizar el discurso y la
acción, para lo que se pone mucha atención en la escucha y la observación. Así
al final de cada encuentro el equipo de coordinación determinará las acciones a
seguir para facilitar este camino de desarrollo de modo que resulte
transformador y beneficioso para el grupo y para cada participante.
Brevemente descripto cada campo nos da idea del sentido de este proyecto que,
trascendiendo las temáticas particulares, se convierte en un programa a favor
del desarrollo humano.
En definitiva se trata de apropiarse de la realidad mediante estrategias que
ampliarán nuestras fronteras de conocimiento y facilitarán la expansión de la
conciencia permitiendo relaciones más creativas y exitosas.
Entendemos que
“Pasar por la vida con el corazón cerrado es como atravesar el océano
aprisionados en el casco de una nave”. (Alexander Lowen -Bioenergética)
