Un
día, durante un programa de radio, un periodista le preguntó al profesor Dale
Carnegie, fundador de los famosos cursos que llevan su nombre: “¿Cuál es la
lección más importante que haya usted jamás aprendido?”.
La respuesta fue fácil,
confesó. “Porque con gran diferencia, la lección más vital que yo haya aprendido
jamás, es la importancia de lo que uno piensa”.
Y agregó, “Si yo supiera lo que usted piensa, yo sabría lo que usted es. Son
nuestros pensamientos los que nos hacen lo que somos”. ¿Algo nuevo, un
descubrimiento reciente? De ninguna manera.
Marco Aurelio, el filósofo que
gobernó el imperio romano lo dejó escrito en estas palabras: “Nuestras vidas son
las obras de nuestros pensamientos”.
Por eso si tenemos pensamientos felices,
seremos felices. Si tenemos pensamientos desdichados, seremos desdichados. En
apoyo de esto, Carnegie pone el ejemplo de Napoleón y Helen Keller.
El primero tuvo todo, gloria, poder, riquezas, pero declaró durante su
exilio en Santa Elena: “Jamás he conocido seis días felices en mi vida”. En
cambio Helen Keller, que nació ciega y sordomuda, nos dijo: “He encontrado que
la vida es tan bella…”.
Después de haber vivido algo más de medio siglo, puedo afirmarle a mis
lectores, sin lugar a dudas, que es nuestra actitud hacia la vida la que marcará
nuestro destino. Como dijo Campoamor, el poeta español: “…nada es verdad ni
mentira, todo es de acuerdo al color, del cristal con que se mira…”
¿Por qué habrá tanta gente que se empeña en ver el mundo a través de un
cristal tan negro que no le permite ver nada bueno en nadie ni en nada? Le
confieso que no tengo una respuesta para esto.
Sin embargo sí puedo asegurarle
que cuando estas personas cambian “de cristal”, y empiezan a percibir la vida
con una mejor actitud, el mundo cambia a su alrededor, el cielo sobre sus
cabezas se eleva, su horizonte se torna más luminoso y su vida más feliz.
LO NEGATIVO: Dejarnos contagiar por pensamientos
pesimistas, que nos lleven a caer en una espiral en bajada que nos acabará
hundiendo en el negativismo cada vez más.
LO POSITIVO: Comprender que sólo podemos prosperar,
conquistar y alcanzar nuestras metas, elevando nuestros pensamientos y
llenándolos de valor, confianza y felicidad. Percibir que la vida es bella y que
vale la pena vivirla.
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