Para controlar el estrés y la ansiedad,
muchas veces es necesario realizar algún tratamiento psicoterapéutico, pero en
la mayoría de los casos, las simples modificaciones en la postura, los hábitos,
los pensamientos, y la conducta, pueden ser una efectiva y sencilla forma de
reducir estas sensaciones de tensión. Aquí le presentamos algunas
Pequeños
cambios para un gran cambio
- La
próxima vez en la que se encuentra molesto o enojado por algo trivial o
poco importante, intente salir de la situación que le mortifica, haciendo
la elección consciente de no enojarse o sufrir. No se permita desperdiciar
tiempo y energía donde no se merece. La buena administración de las
sensaciones de enojo, pueden ser muy útiles para lograr reducir el estrés.
- Respire
lenta y profundamente. Antes de reaccionar ante la próxima situación
estresante, haga tres respiraciones profundas, y libere el aire
lentamente. Si tiene algunos minutos, pruebe una técnica de relajación
como la meditación o el yoga.
- Siempre
que se sienta agobiado por el estrés, practique hablar más lentamente de
lo usual. Encontrará que pensará más claramente y reaccionará más
razonablemente ante las situaciones estresantes. La gente estresada tiende a
hablar rápido y aceleradamente, pero yendo más despacio en su forma de
hablar, se verá también menos ansioso y con mayor control de cualquier
situación.
- Diseñe
una estrategia para administración su tiempo más efectivamente. Elija
alguna cosa sencilla que haya estado postergando, como por ejemplo concurrir
a un cita con un amigo que hace tiempo que no ve, o enviar un e-mail, y hágalo
inmediatamente. Cuidando mejor de sus responsabilidades, podrá también
estar más activo y vigorizando y mejorar su actitud.
- Tómese
algunos recreos de vez en cuando. Es muy cierto aquello de que el aire
fresco tiene un poder curativo. No deje que lo disuada el mal tiempo ni una
agenda completa. Incluso cinco minutos en el balcón, la terraza, o, mejor aún,
el parque, pueden ser muy
refrescantes.
- Beba
mucha agua y coma de a bocados pequeños, siempre eligiendo comida nutritiva
y baja en grasas. Los alimentos de baja calidad, el hambre y la deshidratación,
(incluso aunque no se de cuenta que los está experimentando), pueden
provocar agresividad y exacerbar las sensaciones de ansiedad y estrés.
-
Chequee su postura. Intente tener la cabeza y los
hombros bien levantados, evitando permanecer encorvado o con la vista baja.
Las malas posturas pueden llevar a tensionar los músculos y a sufrir dolores, todo lo cual aumenta el estrés.
-
Si
permanece sentado frente a un escritorio la mayor parte del día, evite
realizar esfuerzos contraproducentes y dolorosos de forma repetitiva,
cerciorándose que su lugar de trabajo tenga incorporado un diseño que
respete los principios ergonómicos.
- Planee
realizar algo gratificante y remunerador al final de su día estresante,
desde un simple baño de inmersión de media hora con un buen libro, hasta
una caminata por el parque. Separe a un lado el trabajo, el mantenimiento de
la casa o la familia por un breve tiempo antes de acostarse, y permítase
relajarse completamente.
- No
desperdicie el presente planificando lo que va a hacer mañana, ni en tareas
que no hizo durante el día, pero no son imprescindibles de realizar en el
presente. Recuerde que usted necesita tiempo para recargar las pilas y
vigorizarse, por lo que un breve descanso podrá ser lo mejor que podrá
hacer con el fin de preparase para encarar otro día estresante.