La vergüenza no es la peor de las consecuencias de tener una panza abultada. De
hecho, la grasa abdominal incrementa los riesgos de padecer
enfermedades
cardíacas y diabetes.
Por suerte, no es necesario un plan dietario excesivamente
complicado para deshacerte de la grasa abdominal. Sí bien esta grasa puede ser
algo persistente, no tendrá cómo defenderse ante nuestro combo de nutrición
adecuada, hidratación, ejercicio, y buena predisposición.
Cree en ti
La forma en que te sientes con respecto a tu capacidad de perder peso puede
jugar un rol fundamental en tu éxito. Si estás lleno de dudas y negatividad, no
vas a encontrar de dónde sujetarte en aquellos momentos en que las cosas se
pongan difíciles.
En vistas de alcanzar tu objetivo de perder peso, debes creer
firmemente en ti; debes creer que tienes lo necesario para hacerlo.
Perder peso no es nada más que una cuestión de vanidad; tiene que ver también
con vivir en forma saludable y sentirte de la mejor manera todos los días.
Una
cosa que va a ayudarte a mantenerte enfocado es pensar en que el proceso de
quema de grasas es más bien un cambio de estilo de vida que una dieta.
Si te
concentras en vivir en forma saludable más que en hacer una dieta, lograrás
sostenerte en el tiempo y será más sencillo sobreponerte a los sentimientos
negativos.
Come saludable
Consumir una
dieta saludable ayudará a mantener tu metabolismo funcionando en
forma adecuada, de modo que podrás quemar tu grasa abdominal con mayor
eficiencia.
Si tu plan alimenticio carece de proteínas, carbohidratos
esenciales, grasas saludables, vitaminas y minerales, entonces no estás comiendo
saludable.
Para asegurarte de obtener cantidades adecuadas de estos nutrientes, incorpora a
tu dieta una variedad de alimentos saludables como vegetales, frutas, aves,
carnes magras, nueces naturales, legumbres, arvejas, granos, y huevos enteros.
Y en cuanto a eso de contar calorías para perder peso, no lo hagas. No nos
malinterpretes. No se trata de meter cualquier cosa en tu cuerpo sin ser
consciente de lo que haces.
No obstante, será mejor que ocupes tu tiempo en otra
cosa que en hacer cuentas con las tablas nutricionales de cada cosa que comes.
Cuando tengas hambre, y vayas ha comer, disfruta la comida en lugar de estar
pensando en las calorías.
¿Y cuál es el secreto?, te estarás preguntando. Pues voy a decirte que si eliges
los alimentos adecuados y optas por porciones de un tamaño razonable, vas a
perder tu grasa abdominal sin la necesidad de hacer una sola cuenta.
Bebe abundante agua
El agua suele ser un elemento subestimado por la mayoría de los planes
nutricionales. Algunos incluso ni la mencionan.
No obstante, para nosotros es un
elemento crucial para quemar calorías y mantener una saluda adecuada. El agua
ayuda a metabolizar las grasas acumuladas y libera el cuerpo de los excesos de
grasas y toxinas. El agua, asimismo, previene la hinchazón y la constipación, y
ayuda a controlar el apetito.
La mayoría de las personas no da valor a la cantidad de agua que se necesita
para vivir, de modo que no se mantienen adecuadamente hidratadas. Para una salud
óptima, se sabe que una persona debe, en promedio, beber dos litros de agua al
día.
Levántate y ejercita
Cuando comienzas tu plan de alimentación saludable, automáticamente reduces tu
ingesta calórica y comienzas a perder peso.
Sin embargo, al menos que agregues
ejercicio físico a la receta, tu metabolismo irá perdiendo velocidad y,
finalmente, se reducirá la eficiencia del quemado de grasa abdominal.
No hay forma de seleccionar áreas específicas para la pérdida de grasa. Los
ejercicios abdominales sólo funcionan tonificando los músculos.
La única forma
de lucir esbelto es quemando la grasa. Si no lo haces, cualquier tonicidad
muscular que adquieras a través del ejercicio quedará sepultada bajo los mares
de grasa abdominal.
Si combinas entre 30 y 60 minutos de actividad cardiovascular intensa con una
alimentación apropiada, la grasa alrededor de tu ombligo se derretirá como
mantequilla bajo el sol.
Si estás fuera de estado, hacer 30 – 60 minutos de
actividad física puede ser excesivo en un primer momento. En este caso, podrás
comenzar con un entrenamiento de 5 – 15 minutos. Simplemente trabaja con
convicción hasta que tu condición física mejore.
No intentes cambiar tu estilo de vida de la noche a la mañana. Comienza haciendo
pequeños ajustes. En un comienzo, podrías probar bebiendo más agua,
incrementando el consumo de vegetales y ejercitando tres veces a la semana.
Una
vez que te acostumbres a estos ajustes, gradualmente profundízalos. Recuerda,
los pequeños pasos pueden conducirte a grandes resultados.
Por Isabel Ríos –
Autora del programa "Comer para perder",
que apunta a perder 4,5 kg. en 14 días apelando a los alimentos "quema-grasas"