POSTURA
Damos la
postura como un asunto terminado: ¡yo soy así!. No nos damos cuenta
que ella es producto de nuestras vivencias.
Por ejemplo, cuando estamos tensos
y desequilibrados, mostramos y sentimos una actitud frente a la vida : como una
carga, una lucha, un esfuerzo. Además, desde lo físico, una mala posición
conduce a contracturas, hernias de disco, artrosis, nervios comprimidos, dolores
de cabeza, etc.
Si
estamos alineados con el eje de gravedad y el peso distribuido en la mayor
cantidad posible de huesos, bien parados sobre los pies y con la columna en su
lugar, nos sentimos llenos de energía y libertad.
En
una postura ideal, el eje atraviesa una serie de articulaciones: la del tobillo,
de la rodilla, de la cadera, la sacrolumbar y la existente entre la primera
vértebra cervical y el cráneo. Orejas, hombros y codos se encuentran en una
misma línea.
Obviamente, forzar la posición no sirve ; el secreto esta en
relajar los músculos y encontrar los lugares en donde nos sentimos cómodos en la
postura.
Las modificaciones que aparecen son espectaculares : mejor respiración y
digestión (al no comprimir los órganos), ligereza en el movimiento, mas
rendimiento con menos esfuerzo, cambios en las actitudes : mas enraizamiento,
alegría y confianza en la vida.
¿Cómo ir tomando conciencia de la postura?
–
El tono muscular
que normalmente tenemos es muy alto. Esto quiere decir que
“hacemos demasiado” en términos de gastar mucha energía y fuerza en realizar
movimientos simples.
Ejemplo: para tomar un objeto liviano usamos la misma
fuerza que para algo muy pesado; no discriminamos (en la rapidez y preocupación
en la que hacemos todo) entre distintos tonos musculares para llevar a cabo
acciones comunes; por lo tanto, estamos tensos todo el tiempo.
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Vivimos “defendidos”. Como pensamos inconscientemente que la vida es una
lucha, adoptamos actitudes que implican esto: mandíbulas apretadas, hombros
cargados, pecho hundido o excesivamente amurallado, manos en puño, etc.
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Como la postura refleja nuestro estado, caminamos arrastrando los pies o
atropellados, nos sentamos descuidadamente, nos levantamos sin usar los apoyos,
tenemos la columna sobrecargada de contracturas y tensiones, etc.
¿Qué hacer?
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En primer lugar, VIVIR EN EL CUERPO. Estamos con la cabeza en cualquier parte y
el cuerpo es eso que esta ahí abajo tratando de cumplir con las mil cosas que
frenéticamente pensamos. Tomemos conciencia de qué estamos haciendo, cómo lo
estamos realizando, cual es la manera mas fácil y económica.
No nos adelantemos
a lo que va a suceder mas adelante: estamos aquí y ahora! Nuestro cuerpo esta
haciendo algo en este momento, no dejemos que la mente se anticipe y viva en el
futuro. Este momento es lo importante, de él depende el futuro, no de mis
pensamientos catastróficos.
–
Todo se puede hacer relajadamente, con el menor esfuerzo posible. La mayoría de
las veces somos nosotros mismos los que nos exigimos en tiempo y forma o los que
no tenemos prioridades o nos recargamos de tareas. ¿Qué es lo importante? Si
no llegamos a hacer todo los que nos propusimos, lo mas probable es que quisimos
abarcar demasiado.
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Unamos los consejos de respiración a una actitud serena para realizar las
cosas. El cuerpo siempre esta dándonos señales de cuando necesitamos descanso o
de cuando hay incomodidad, sólo que no escuchamos. Atendámoslo y evitaremos
muchos problemas.
CENTRACION
“Todo muy lindo, pero… ¿qué hago frente a los problemas que tengo todos los
días, a las malas noticias que recibo, a la inseguridad, a lo que le sucede a
los que tengo alrededor, a mis propios miedos y broncas?!”
Nunca como ahora la humanidad ha vivido tan llena de estímulos de tan variada
clase. Sabemos todo al instante. Estamos comunicados e informados hasta el
hartazgo.
Pero, eso sólo incrementa una sensación interior de vacuidad e
indefensión propia de estos tiempos. Corremos hacia ningún lugar. La zanahoria
parecía ser una buena situación económica, que prometía llenar todas las
expectativas humanas de felicidad. El famoso “progreso”. La promesa no se
cumplió.
Muchos se sienten hoy como una hoja en la tormenta. Será hora entonces de
repensar los objetivos, de valorar lo verdaderamente importante, de tener
proyectos claros que contemplen una actitud frente a la vida y no sólo un rédito
económico, que nos permita mejores logros sociales. ¿Cual es tu logro personal
fundamental? ¿En qué se basa?
ABRAZAR LA VIDA es aceptar todo lo que nos ofrece, para definir con qué me
quiero quedar, qué realidad edifico, a qué dedico mi tiempo y mi energía, con
quiénes quiero compartirlo. Lo fundamental es centrarse en lo mas profundo de
uno, en el verdadero Ser, dejando que todo lo demás siga rugiendo alrededor.
Como un huracán, que en el centro es quietud, dejemos que ese centro se vaya
expandiendo cada vez mas, tomando todas las áreas de nuestras vidas hasta
abarcar incluso la de otros.