Cuerpos masculinos y femeninos: derribando mitos

“Sexo débil” fue el término que se acuñó para las mujeres durante muchos años. Sin embargo, este término tiene mucho mas de ideología que de realidad, puesto que las diferencias entre los cuerpos de ambos sexos... son bastante “débiles”

La mayor
diferencia física entre ambos sexos está dada por el hecho de que las mujeres deben soportar mensualmente la menstruación, y, dependiendo de cada caso, diversos embarazos a lo largo de su vida.

Este desgaste físico no tiene su contrapartida en el hombre, pero mas allá de ello, las diferencias físicas entre los hombres y las mujeres no son tan grandes como mucha gente presupone. 

Fuerza

En el caso de las fibras musculares, no se han observado diferencias entre los hombres y las mujeres, siendo el entrenamiento físico lo único que altera su desarrollo.

Lo que difiere entre ambos sexos es la fuerza muscular, que normalmente es mayor en los hombres. Sin embargo, esta relación se suele tomar sobre el peso total del cuerpo, pero si se toma como indicador de referencia el cuerpo magro, es decir desprovisto de grasas (lo que de denomina “masa muscular”), no se han demostrado diferencias significativas en la capacidad de desarrollar la fuerza de los músculos.

De hecho, si las mujeres se someten a un entrenamiento intensivo, pueden superar en fuerza a los hombres no entrenados. 

Cuerpo

La principal diferencia corporal entre los hombres y mujeres, son que los primeros suelen ser mas altos y pesados, con hombros y caderas más anchos. Por su parte el porcentaje de grasa corporal es sensiblemente inferior en el hombre, que posee entre un 10 y un 16 por ciento de esa materia contra niveles de entre un 21 y un 28 por ciento en las mujeres. 

Además, las mujeres tienen una menor cantidad de hemoglobina (la sustancia encargada de transportar el oxígeno), de glóbulos rojos y de andrógenos, una hormona masculina. 

Como contrapartida, poseen niveles más elevados de lipoproteínas de alta densidad – que protegen de la arteriosclerosis- y de estrógenos, una hormona femenina. 

Fuera de esto, no existen otras diferencias importantes en la constitución corporal, sobre todo en elementos esenciales como la sangre, los huesos, los músculos, y las vísceras (salvo los relacionado con el peso y las medidas, que son proporcionales al cuerpo y por ende más pequeños en las mujeres). 

Capacidad aeróbica

Al igual que con la fuerza, la capacidad aeróbica de los hombres es superior a la de la mujeres en un 33 por ciento si se toma como parámetro el peso total, pero sólo difiere en un 17 por ciento si se utiliza como referencia el cuerpo magro.

Algunos especialistas señalan que el factor sexual sólo influye en un cinco por ciento de las diferencias observadas, señalando al entrenamiento como el factor desequilibrante (95 por ciento) en la diferencia de capacidad aeróbica.

En todo caso, la menor capacidad de la mujer estaría relacionada con su cuerpo más pequeño (que posee, por ende, corazón y pulmones más pequeños) antes que con cualquier otro tipo de variable. 

Queda claro, entonces, que pese al imaginario popular, las diferencias físicas entre ambos sexos no son extremadamente amplias, y los beneficios obtenidos por el entrenamiento son proporcionalmente iguales, tanto en el aumento corporal y la capacidad respiratoria, como en la fuerza.

Esto da por tierra con un viejo mito y posibilita que el sexo femenino, mediante entrenamiento, pueda superar en todos los aspectos citados a quienes se denominan los “machos”. 

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