Existen un gran número de enfermedades asociadas con la baja actividad física de
los adultos. Las más comunes son las coronarias, la
hipertensión, la obesidad,
la diabetes, las lesiones lumbares, las hernias de disco, y los accidentes
cerebrovasculares.
Pero además, existe otro gran número de problemas y dolencias
que podrían ser combatidas con el ejercicio físico, como la osteoporosis, la
depresión, la ansiedad, e incluso el mal humor y el insomnio.
De hecho, solo mediante la actividad física y el sexo es posible promover la
secreción de endorfinas, una morfina endógena que otorga placer y
bienestar, por lo que sería un grave error ocuparse sola y únicamente de la
segunda actividad…
Y es que si tiempo atrás se consideraba que una persona con más de 60 años no
podía realizar algún tipo de actividad física porque sus músculos no podían
responder, hoy se sabe que la gente excesivamente sedentaria, cualquiera sea su
edad, pierden músculos, fuerza, y cálidad de fibra, por lo que ganan grasa y
sufren de atrofia y dependencia en sus movimientos.
En un estudio realizado por investigadores de la Tufts University con personas
de entre 85 y 95 años que se entrenaron consecutivamente durante 12 semanas, se
pudo demostrar que se experimentó un aumento del 300% en sus masas musculares,
con grandes cambios también en su calidad de su fibra.
Y claro, si alguien de
esa edad puede responder bien… imagínese como puede avanzar una persona con 20
años menos.
Pero además, han cambiado los periodos de declinación física. Tiempo atrás, la
vida era mucho más corta, por lo que el tiempo en que el cuerpo se avejentaba
transcurria en pocos años.
Hoy en día, una persona sana puede vivir hasta 80
años, con lo que el período de declinación puede ser muy largo, y si no es
controlado correctamente, ese progreso de la ciencia puede transformarse solo en
padecimientos.
Claro que para llegar a sentirse bien, o a tener un cuerpo con buena estética,
es necesario tener paciencia y persistencia, algo que escasea en los tiempos
modernos.
Entrando en acción
Como cada caso es personal, es imposible dar una "receta única" para el cuidado
del cuerpo. Por lo tanto, será necesario que concurra algún profesional de la
salud, como un deportólogo, un entrenador personal, un kinesiólogo, o cualquier
otro médico, para conocer la rutina de ejercicios que más se adapte a su edad,
salud, y condición física. De cualquier forma, podemos brindarle algunas
prácticas sugerencias, que sin dudas serán útiles en todos los casos.
·
Diariamente, no debe hacer menos de 30 minutos de actividad física. Pero estas
prácticas no deben limitarse a la gimnasia: también se puede cuidar un jardín,
salir a caminar en un rato libre, sacar al perro, u ordenar la casa.
·
Cuando comience una rutina de ejercicios, no debe esperar que ésta sea muy
divertida: como cualquier camino que se inicia, se requiere determinación,
constancia, y concentración, para vencer todas las dificulades y obstaculos que
indefectiblemente se le presentarán.
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Es muy conocida, pero no deja de ser fundamental: no deje para mañana (o después)
lo que puede hacer hoy (o ahora). Es su salud lo que está en juego.
Y por último, no olvide que realizar una actividad física no solo es importante
para su salud física y mental, sino también para estar en más armonía con
quienes lo rodean.