¿Quién dijo que debes privarte de todas las ventajas del ejercicio durante el embarazo?

El ejercicio moderado y la futura mamá pueden ser grandes amigos durante el embarazo. Algunas ventajas de este importante vínculo: tendrás mucha más energía, te preocuparás menos por la suba descontrolada de peso, y tu cuerpo entero se recuperará más rápido una vez que hayas dado a luz. ¿Te parece poco lo que el ejercicio puede hacer por una mujer embarazada? 

Pasos 

  1. Acude a un doctor y consulta si estás autorizada para ejercitar. Obtiene una autorización por escrito.
  2. Entiende que si solías ser una persona activa antes de quedar embarazada, es factible que puedas continuar con lo que hacías, aunque con algunas modificaciones.
  3. Intenta ejercicios de bajo impacto, como bicicleta estacionaria o aeróbic acuático. Caminar es excelente, pero asegúrate de conseguir un buen par de zapatillas acolchadas.
  4. Realiza tres sesiones semanales de ejercicio, incluyendo días intercalados de descanso.
  5. No llegues al extremo de cansarte demasiado. El ejercicio debe revitalizarte, y no drenar tus energías. Ten en cuenta que tu cuerpo ya tiene mucho trabajo con la gestación…
  6. Bebe gran cantidad de agua y evita los grandes calores.
  7. Usa ropas holgadas y cómodas.
  8. Recuerda que el embarazo no es el período indicado para buscar tu mejor registro en ninguna actividad deportiva.
  9. Ten en cuenta: a medida que la panza crezca, el centro de gravedad de tu cuerpo irá cambiando. Por lo tanto, mira bien donde pisas en tus caminatas o en tu clase de aeróbic.
  10. Busca una clase de ejercicios para futuras mamás en un hospital o en un centro deportivo.

Advertencias 

  • Escucha a tu cuerpo. Si algún ejercicio se siente raro, cesa la actividad.
  • En mujeres sedentarias o que practican ejercicio físico ocasional, la gestación no es el momento más idóneo para fomentar nuevas prácticas deportivas. Se aconsejará la incorporación a un programa específico de preparación al parto.  

Y sobre todo… 

  • Si tienes alguna pregunta o inquietud, acude a un terapeuta u otro profesional de la salud, antes de encarar cualquier actividad relacionada a la salud y a la dieta.  

Recuerda que esta información no es, de ninguna manera, un substituto del consejo o tratamiento médico.

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