Al hablar de ejercicios
aeróbicos, solemos pensar exclusivamente en actividades terrestres, como las
caminatas, los trotes, y la carrera.
Sin embargo, una correcta definición de
este tipos de ejercicios físicos, debería hacer referencia a los beneficios que
se alcanzan para aumentar el ritmo cardíaco y aumentar la capacidad
respiratoria, aspectos que no sólo se pueden lograr mediante caminatas y trotes,
sino también mediante ejercicios acuáticos, como el waterpolo o la misma
natación.
Y de hecho, estos últimos
tipos de ejercicios viene ganando terreno desde hace varios años, rompiendo con
las viejas tradiciones que limitaban la actividad física a las actividades
terrestres.
Por eso, hoy en día es
muy común oír hablar de los ejercicios aeróbicos acuáticos (aquaerobics o
acuaerobics), un tipo de actividad
aeróbica que permite que los deportistas, tanto profesionales como amateurs,
obtengan los mismos beneficios que podrían lograr con el ejercicio aeróbico
regular, pero sumándoles una gran cantidad de ventajas.
El “bonus” de los ejercicios aeróbicos acuáticos
El primero de los
beneficios que brinda este tipo de actividad física, es que la misma permite a
las personas ejercitar mejor todos sus músculos y articulaciones, y al mismo
tiempo.
Otro beneficio, es que cualquier
actividad que se realice en el agua será sin dudas más fresca, ya que el cuerpo
estará hidratado todo el tiempo, mientras se lleve a cabo la rutina.
Esto es, definitivamente, un
factor muy positivo, especialmente durante los días de calor del verano, o si se
vive en una parte del país que sea especialmente calurosa.
El último, y probablemente más
grande, de los beneficios que brinda el ejercicio aeróbico acuático, es que casi
cualquier persona, sin importar su edad, puede realizar este tipo de actividad.
Esto es así porque el agua permite
que el cuerpo flote, con lo cual el esfuerzo y resistencia que deben tener las
articulaciones y los músculos puede ser menor.
Con todo, esto no debe
hacer que las personas que lo practiquen se preocupen por el hecho de que los
beneficios físicos puedan ser menores, ya que, aunque no se sienta, el cuerpo
también trabajo al máximo cuando se practican estos aquaerobics (o acuaerobics).
Claves sobre los ejercicios aeróbicos acuáticos
Una persona no necesita
saber nadar para aprovechar todos los beneficios que pueden brindar este tipo de
ejercicios aeróbicos. En caso que no sepa moverse con soltura en el agua,
alcanzará con que lleve uno o varios artículos flotadores que le permitan
permanecer a flote con un mínimo esfuerzo.
Además, estos artículos
flotadores también permitirán que la persona evacue sus temores sobre los
contratiempos que podrían surgir en el agua, especialmente en las partes
profundas, permitiéndole de esta manera ser capaz de concentrar en su rutina
física, antes que en permanecer a flote.
De cualquier forma, los
ejercicios aeróbicos acuáticos se realizan generalmente en áreas con
profundidades relativamente bajas, donde el agua llega como máximo hasta la
cintura de persona o quizá hasta el pecho, dependiendo del ejercicio específico
que esté realizando.
Por ejemplo, la actividad
de correr en el agua se realiza en lugares más profundos, para que el cuerpo
permanezca lo más sumergido posible, y menos expuestos a movimientos
contraproducentes.
La ubicación ideal para realizar
este tipo de ejercicios aeróbicos, es en una pileta cerrada en donde la
temperatura del agua se encuentre controlada.
Sin embargo, en la mayoría de los
casos, alcanza con que las piletas se encuentren cubiertas, pues el agua de esas
piscinas suele mantenerse a una correcta temperatura. Los lagos o canales
exteriores se pueden usar, pero, nuevamente, lo ideal es realizar estos
ejercicios en una piscina cerrada.
Lo que sí es fundamental, es
seguir siempre las órdenes de los salvavidas o instructores de natación, al
momento de realizar los ejercicios aeróbicos acuáticos.
La orden más importante,
seguramente será que se practiquen junto con un compañero, es decir que nunca se
nade ni se realicen estos ejercicios de agua de forma solitaria.
Por cierto que, al igual
que sucede con cualquier programa de ejercicio, es necesario consultar con su
médico de cabecera o médico deportólogo antes de comenzar este programa
aeróbico, para saber cuales son las recomendaciones específicas para su caso.
Entonces sí, si su médico
le da la luz verde, podrá empezar a diseñar su propia rutina, o bien sumarse a
una clase de ejercicios aeróbicos acuáticos, las cuales se brindan en la mayoría
de los clubes y gimnasios con pileta.
Por cierto, esta clase debería ser
llevada a cabo por un instructor calificado en educación física, en lo posible
especializado en ejercicios acuáticos.
Seguramente estos profesionales
seguirán un completo programa de ejercicios, que contemplarán una entrada en
calor antes de comenzar con la rutina de ejercicios, así como también un período
de enfriamiento o relajación al finalizar la sesión.
Entonces, si es que estaba buscando
un tipo de ejercicio distinto, menos rutinario, caluroso, o agotador, pero que
brinde los mismos beneficios que sus salidas a trotar al parque…
¿Por qué no probar con los
ejercicios aeróbicos acuáticos?
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