El trabajo muscular contra resistencia obliga a un trabajo suplementario y favorece así el aumento de la fuerza y firmeza muscular.
Es importante, para lograrlo, que el compañero/a haga "sentir" el esfuerzo que hay que hacer. Si la resistencia es excesiva, el resultado no será el aumento de la fuerza, sino el cansancio.
Por ello, es tarea de la pareja regular, según sea la fuerza del otro, la intensidad de la resistencia que va a oponer.
Luego de realizar los ejercicios hay que proceder a la relajación completa, a la que puede contribuir la pareja sacudiendo ligeramente a su compañera.
Resistencia de los brazos
Mientras estamos sentadas, abrimos y cerramos los bazos y los levantamos lateralmente, tratando de vencer la resistencia que opone tu pareja (ubicado ya sea delante como detrás de ti)
La resistencia hay que oponerla siempre en los dos sentidos, tanto cuando se levantan los brazos como cuando se bajan.
Durante el ejercicio no hay que bloquear la respiración, que debe mantener un ritmo normal. No olvides relajar los músculos al final del ejercicio.
Tracción
Siempre sentadas. Doblando el brazo, trata de atraer hacia ti a tu pareja, que está de pie.
Luego extiende el brazo, como rechazándola.
Presión alternada de los brazos
Nos ponemos los dos uno frente a otro, con la pierna derecha adelantada y los pies derechos casi juntos.
Nos tomamos por las palmas de ambas manos, y empujando alternativamente atrás el brazo derecho y el brazo izquierdo del otro, tratamos de vencer la resistencia: que opone.
Simultáneamente a este movimiento, el tronco describe una enérgica rotación. Los codos deben permanecer a la altura de los hombros.
Repetimos luego el ejercicio, pero uniendo los pies izquierdos, de modo que varíe la distribución del peso.
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