¿Qué
significa esto?
El cuerpo es
historia viva. Desde el nacimiento,
tenemos/somos un determinado cuerpo que es el fiel reflejo de nuestro
carácter
y
desde allí le vamos “cargando” limitaciones, enfermedades, dolores, emociones
congeladas, kilos (según lo que vamos vivenciando) hasta llegar a la apariencia
que hoy tenemos.
Cada parte y el todo hablan de nosotros.
¿Interrogamos
algunos aspectos?
– ¿Hay
diferencias entre el lado izquierdo y el derecho?
– ¿Entre
la mitad superior y la inferior?
–
¿El
pecho está hundido o expandido?
– ¿La
pelvis retraída o “sacando colita”?
–
¿Las
piernas sostienen o se sienten flojas o rígidas?
– Los
pies están relajados o tensos, en garra?
– ¿Cómo
es tu postura?
– ¿Hay
dolores? ¿Dónde?
– ¿Qué
emociones podrías detectar como habituales y cuáles negadas?
–
¿Algún
síntoma o enfermedad?
– ¿Hay
conciencia fluida del cuerpo o una especie de “anestesia contracturada”?
Cada
característica que descubriste tiene una lectura, que te puede ayudar
enormemente a conocerte y comprenderte mejor.
Hacer
un camino de evolución personal incluyendo al cuerpo es altamente
transformador. Mientras, desde lo
mental, tendemos a “enrollarnos”, el cuerpo es un noble aliado que nos
responde rápida y efectivamente, produciendo cambios concretos. Y no olvidemos lo espiritual.
El
cuerpo y su energía son un sistema de altísima magnitud, que refleja y actúa
los demás niveles. Estamos
funcionando con menos del 10% de su potencial… ¡y aún así es maravilloso!
El
dolor y el sufrimiento ya no son las únicas posibilidades de aprendizaje. Ahondemos en su significado, pero activemos además otros resortes más
ricos todavía. Cuerpo, mente y espíritu
integrados son el más poderoso recurso que tenemos.
¿Escuchas?
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