El método Grinberg se basa en la enseñanza corporal para quebrar estados
repetitivos tanto de ánimo, físico o de conducta.
Objetivos del método Grinberg:
·
Reducir el dolor
·
Lograr un bienestar y crecimiento personal
·
Obtener el
equilibrio personal
Se utilizan técnicas que se basan en el tacto, respiración, relajación y
concentración. “Los beneficios son muchos. Quienes lo practican experimentan
un aumento de energía y vitalidad.
Se consigue también mejorar el
insomnio y la
digestión”, comenta la profesora de esta técnica la argentina Raquel Davins.
Ideal para personas que trabajan bajo mucha presión y tienen dificultades
musculares crónicas, dolores menstruales, estreñimiento y alergias.
“Esta
práctica está basada en la comunicación interna que tenemos que tener con
nosotros mismos. Ayudamos a que la gente que se nos acerca a las sesiones pierda
el miedo a lo que está sintiendo.
Enfrentamos el problema, explicamos por qué
está allí y mediante la relajación y el tacto logramos que todo mejore.
La gente
que nos visita se va con una actitud positiva que le dura y se le nota en el
rostro cuando volvemos a verla.
Está tranquila, en paz consigo misma, más plena
y feliz y todo esto lo da el autoconocimiento y el amor a uno mismo y al propio
cuerpo”, reflexiona la terapeuta.
Características del método Grinberg:
·
Los instructores hacen un primer análisis teniendo en cuenta las líneas, las
marcas y las texturas que existen en los pies del paciente.
“Quienes nos
dedicamos a esto sabemos profundizar sobre dónde se encuentra la energía
bloqueada, en qué áreas de la vida una persona se ha estancado y cuándo.
Como
complementos, a través del tacto de todo el cuerpo podemos sentir los dolores
crónicos de la persona y sus limitaciones.
El desbloquear esa energía y hacer
que fluya es una tarea que exige seriedad, responsabilidad y sobre todo
concentración”, comenta la especialista.
·
Cualquier persona sin tener en cuenta límites de edad pueden beneficiarse de
esta técnica ya que no pone en riesgo la salud.
·
Las sesiones duran cuarenta y cinco minutos. Los ejercicios que el instructor
considera necesarios se realizan en un ambiente de quietud y la otra parte de la
terapia se lleva a cabo en una camilla.
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