Miedo al gimnasio: aprende a manejar tus temores

¿Te aterra la idea de asistir al gimnasio? Pero, por otra parte, crees que tu cuerpo lo pide a gritos. Antes de que comience la encarnizada lucha entre tu conciencia y tu voluntad, enplenitud te ayuda a perder los miedos.

Aunque parezca extraño, existen personas que quieren ponerse en forma antes de inscribirse en el gimnasio. Sí, entendiste bien.  

Muchos entrenadores personales son contratados como un paso previo que sus clientes toman antes de anotarse en el gimnasio del barrio. ¿Cuál es el motivo que suelen acusar? El miedo a las risas, por no estar en forma, es la causa principal. 

Es decididamente desafortunado: muchas personas se sienten intimidadas con sólo pensar en ir al gimnasio. Caminar por un enorme salón abierto, con cientos de máquinas misteriosas, es difícil y, lo que es peor, son los otros miembros del gimnasio, que parecen estar en forma y saber exactamente lo que están haciendo. 

Sin embargo, las buenas noticias pasan por la cantidad de opciones en cuanto a dónde y cómo ejercitar, y por los distintos tipos de atmósferas que ofrece cada gimnasio. El truco es encontrar el que sientas más acogedor. 

¿Por qué los gimnasios intimidan? 

Muchos entrenadores coinciden en las caras de terror que portan aquellas personas que acuden por primera vez al gimnasio. Sus caras demuestran una aprensión similar a las del niño que asiste por primera vez a la escuela.

O, más bien, pareciera que llegan a rendir un examen en el cual se los evaluará en cuanto a la vestimenta, capacidad física e imagen. Y lo peor de todo, es que creen que, en este examen, los jueces serán los otros concurrentes del gimnasio, quienes de reojo evaluarán cada actitud y cada movimiento.  

Sin embargo, a pesar de todo, el sentimiento de intimidación es muy común. Y la justificación, tal vez, se encuentre en la organización y en la concurrencia de muchos de estos “clubes de salud”. La intimidación puede ser consecuencia de: 

  • Espacios abiertos.

Si estás buscando privacidad durante tus ejercicios, inscribirte en un gimnasio grande puede no ser la mejor opción. En muchos clubes importantes, las áreas de ejercitación se inician con las máquinas cardiovascular, alineadas unas detrás de otras, y continúan con las máquinas de peso, que llenan cada rincón que queda libre en el área.

Asimismo, gran parte de los salones de fitness grupal suele estar rodeada por ventanas, de modo que cualquiera puede ver a los que están ejercitando dentro, causando así un sentimiento de incomodidad en aquellas personas que comienzan a practicar actividad física. 

  • Maquinaria confusa.

Escaladoras, bicicletas, cintas, remos, máquinas de peso… todo ese equipamiento puede causarte mucha confusión si nunca antes lo has utilizado. El miedo al ridículo es algo que todos experimentan cuando se intentan cosas nuevas. Y, lamentablemente, las opciones abrumadoras se pueden sumar a ese temor.  

  • Vendedores agresivos.

Conseguir las agallas necesarias para visitar un gimnasio puede ser un trabajo duro para muchos y, si eres tímida y retraída, un vendedor agresivo podría intimidarte aún más. No todos los clubes son así, pero hay muchos que efectúan una presión especial para que firmes.

De este modo, muchas personas se ven firmando su inscripción, y tal vez la de varios miembros de su familia, antes de estar completamente seguras de lo que quieren. 

  • Ejercitantes extremos.

Todo gimnasio los tiene y algunos pueden ser un poco intimidantes, sobre todo si cometes alguna falta grave como quedarte mucho tiempo en una máquina o no poner los discos de peso de vuelta en su lugar.

Aunque encontrarás a la mayoría de los miembros serviciales y agradables, no todos los concurrentes te mostrarán una sonrisa cuando pases a su lado. Incluso, puede que sientas aprensión a pasar cerca de algunos.  

  • Gente bella.

Por supuesto, también está la gente bella. Entre los asistentes al gimnasio hay gente grande, gente pequeña, musculosos, flacos, y también están aquellos que parecen tener cuerpos perfectos. Muchos novatos pueden sentirse intimidados al verlos. En cualquier caso, recuerda que todos comienzan, de alguna manera u otra, siendo novatos.

Si tienes la tendencia a sentirte intimidada por los gimnasios, pero aún así quieres un lugar donde ejercitar, existen otras opciones para ti. Todo lo que necesitas es un poco de tiempo para encontrar el lugar adecuado. 

Eligiendo tu centro de salud 

Existen varios factores a tener en cuenta a la hora de elegir un centro de salud, desde la ubicación hasta los aranceles y contratos. Sin embargo, ninguno de éstos importa si el lugar no tiene la atmósfera adecuada. Cuando estés buscando un gimnasio, busca un lugar que te haga sentir confortable, aunque debas ir más allá de la sucursal que está a pocos minutos de tu casa. 

Por lo general, las sucursales de las grandes cadenas de gimnasios, aunque ofrecen una gran variedad de servicios y clases, suelen ser espacios grandes y abiertos, con vendedores muy puntillosos, que pueden hacerte sentir incómoda.  

Si deseas una atención más personal y una atmósfera de tranquilidad, lo más probable es que debas salir de las grandes cadenas. Busca en los pequeños gimnasios, y recuerda que en algún lugar tienen que estar aquellos que sienten tus mismos miedos y aprensiones. 

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