Una vez que controlamos que la entrada de aire es suave, comencemos a concentrarnos en la respiración abdominal.
Para tomar conciencia de la
respiración abdominal, en un comienzo podemos colocar nuestras manos sobre el abdomen, para verificar que al inspirar se hinche y al espirar se deshinche. Al realizar la respiración el punto de concentración siempre será el abdomen.
Se puede practicar acostado, sentado o parado. Cualquiera de las tres posiciones le permitirán hacer suya la respiración, lo importante es concentrarse en el abdomen.
– Acostado, si nota que no llega el suficiente oxígeno al abdomen, apoye las plantas de los pies plegando levemente las rodillas, esta posición puede ayudar a que la respiración sea más profunda.
– Sentado, siempre con la concentración en el abdomen, simplemente coloque su columna derecha pensando que de la cabeza tira un hilo hacia arriba, sin elevar el mentón.
– Parado, es muy posible que la entrada de aire llegue hasta el pecho o bien que llegue muy poco aire al abdomen; en ese caso piense que está sentado en un banco muy alto (esta posición adelantará levemente su pelvis) y que de la cabeza tira un hilo hacia arriba. La
concentración como siempre en el abdomen.
Realice esta respiración cinco o seis veces al día. Aunque cada práctica no le lleve mas de medio minuto, si lo hace con concentración, pronto pasará a ser una respiración natural para su cuerpo. Estaremos relajados pero atentos ante los inconvenientes cotidianos. Solo se necesita, querer hacerlo y practicarlo a diario.
Al hacer la respiración suave y abdominal, sus órganos internos reciben el aire necesario para ser masajeados, esto los relaja y su mente que estuvo concentrada en el ejercicio también fue oxigenada debidamente y se mantendrá clara y serena.
Por otra parte no se necesita un lugar o un tiempo determinado, ni una música especial para practicarlo. Lo que sí se necesita es la voluntad de practicarlo.
Se puede realizar en diferentes momentos a lo largo del día; sugerencias:
– cuando estamos sentados en el colectivo
– en las largas colas del banco
En fin, en esos momentos en que sentimos que perdemos el tiempo, aprovéchelo practicando. Su cuerpo, su mente y sus emociones se los agradecerán.
Cuando uno adquiere destreza en el ejercicio de respiración abdominal, lo hace en forma natural, suave, rítmica y profundamente aunque no se esté consciente de ello.
La tranquilidad mental nos provee de la claridad necesaria para no preocuparnos, es decir no ocuparnos antes de que los acontecimientos se produzcan y resolver los
inconvenientes a medida que se presenten, con más calma.