Nombre
científico:
Echinacea purpurea, E. Angustifolia, Rudbeckia, y las especies E. Palida, E.gloriosa.
Cuando
las primeras corrientes inmigratorias llegaron a América del Norte y tuvieron
sus primeros contactos con los nativos que la habitaban, se sorprendieron por el
uso que éstos hacían de una planta con una poderosa acción anti infecciosa.
Los indios que habitaban el área de Kansas la llamaban “roja flor
del sol”, y acudían a sus poderes curativos en aquellos casos en que había
heridas sépticas o mordeduras tanto de insectos como de serpientes ponzoñosas.
Cuando
el siglo XIX llegaba a su fin, fue incluida en las prácticas médicas
occidentales para combatir las condiciones infecciosas más severas que incluían
casos de ántrax, carbunclo, peritonitis, erisipelas, etc. y no siempre, cómo
era de esperarse, con resultados favorables.
Recién en la década
de 1930 se comenzó a investigar en Alemania cuáles eran sus componentes químicos
activos, y qué se podía esperar de ellos.
Gracias
a aquellos estudios se confirmaron las virtudes
anti inflamatorias, antisépticas,
febrífugas y depurativas de las diferentes especies de esta planta, y la
reputación de acortar la duración de los resfríos y de la gripe cuando se
ingiere desde los primeros síntomas.
Se hallaron en la
planta una serie de ingredientes químicos, los que fueron sometidos a
exhaustivos controles a través de trabajos científicos desarrollados en varios
países.
En ellos se determinó
la presencia de: una fracción
polisacarídica con actividad anti inflamatoria; ácido
arabinogalactánico capaz de activar unas células llamadas macrófagos
para que fabriquen un factor de necrosis tumoral, interleukina 1 e
interferon-beta 2 ( todos ellos con funciones citotóxicas contra células
tumorales). Se identificaron también poli fenoles capaces de
proteger al colágeno de la actividad dañina de los radicales libres.
En
pocas palabras, dejaron demostrada la capacidad inmuno moduladora ( refuerzo del
sistema inmunitario ) de las 3 especies más utilizadas de Echinacea.
Un
grupo de médicos especialistas en Medicina del Deporte ( Berg et al , 1998) estudiaron
el efecto de la Echinacea, comparado con el del Magnesio y el del placebo en más
de 40 expertos en triatlón
y descubrieron una nueva aplicación inmunitaria de
la planta.
En
el ámbito de la Deportología Médica se ha comprobado que en los atletas
sometidos a un esfuerzo exhaustivo se produce una notoria inmuno depresión (caída
en las defensas orgánicas), que se ratifica por el aumento en la sangre de la
cantidad de NK o Natural Killer cells y del número total de linfocitos
T.
Los
investigadores descubrieron significativas diferencias entre los tres grupos.
El
grupo que había ingerido la Echinacea durante 28 días, mostró una
significativa disminución de la interleukina
2R en sangre y orina, y un aumento de la interleukina 6, signos que
sugieren una acción protectora de la planta contra la inmuno supresión del
ejercicio intensivo.
Además,
ninguno de los atletas que recibieron la Echinacea sufrió síntomas de gripes o
resfríos durante el entrenamiento, el que se realizó bajo muy rigurosas
condiciones climáticas, lo que significa que no hubo pérdida de días en el
training, lo que en el deporte significa mucho en costos de tiempo y dinero.
Referencias:
Berg
A, Northoff H, Konig D,Weinstock C et al :
Influence of Echinacin(EC31) treatment in exercise-induced immune response in
athlets. Journal of Clinical Research 1998;1:367-380.
Luettig
B, et al: Journal of National Cancer Institute, 81(9), May 3,
1989, p.669-675.
Bukovsky
M. et al:
Cesk farm, 42(4) August 1993, p.184-187.
Facino
RM, et al.: A potential use of Echinacea Extracts in the Prevention of
Skin Photodamage; Planta Medicine, 61(6), December 1995, p. 510-514.
