Estos movimientos en
que el cuerpo se deja caer hacia adelante están prohibidos para quienes padecen
hipertensión, pues hacen afluir la sangre a la cabeza; empero, por igual motivo
son excelentes rejuvenecedores ya que contribuyen a retardar las
arrugas
nutriendo los tejidos faciales con un mayor caudal de
sangre arterial.
1. Comenzar por los
hombros, moviéndolos hacia adelante encorvando la espalda; moverlos luego hacia
atrás y otra vez hacia adelante, en un movimiento continuado, sin brusquedades
ni pausas, que se repetirá unas tres o cuatro veces.
Mover luego los hombros
en dirección inversa, empezando hacia atrás y, finalmente, girar cada hombro por
separado, como si nadara en estilo espalda, de modo que cuando uno de ellos gire
hacia adelante el otro se vuelva hacia atrás, haciendo que las vértebras giren
en sus encajaduras, unas sobre otras.
Aunque el movimiento lo
realizan los hombros y brazos, su verdadera finalidad es mantener la
flexibilidad de la: columna vertebral y enviar más sangre a las raíces de los
nervios raquídeos.
Cuando se practica
correctamente, produce una sensación muy agradable de calor en la espalda y
entre los omóplatos, sobre todo en quien ha permanecido todo el día sentado ante
un escritorio.
2. De pie con las
piernas abiertas, extender los brazos y levantar10s lo más alto posible como si
se tratara de tocar el cielo raso; dejar caer el cuerpo hacia adelante, desde la
cintura, rozando el piso con las manos.
Al estirarse hacia
arriba deben ponerse en tensión los músculos; al dejarse caer hacia adelante
estarán completamente relajados, pendiendo la cabeza y bamboleándose los brazos
como los de una muñeca de trapo.
Este movimiento no sólo
es un buen ejercicio para los músculos y la cintura, sino que constituye también
un estudio de relajación muscular completa, una forma de aprender a imprimirle
laxitud y abandono a su cuerpo.
3. Dejar caer el cuerpo
hacia la izquierda y luego hacia adelante, desde la cintura, con un movimiento
natural 10 mismo que se indicó para el ejercicio anterior. Erguirse, dejarse
caer hacia la derecha y luego hacia adelante.
Erguirse y repetir una
vez hacia la izquierda y otra hacia la derecha; finalmente, tratar de dejar caer
el cuerpo hacia atrás, desde la cintura, presionando la espalda a la altura de
la cintura y dejando caer la cabeza con el mayor abandono y relajamiento
posibles.
4. Rotar todo el cuerpo
comenzando con la cabeza, moviéndola hacia la izquierda en sentido circular;
luego, rotar de igual modo los hombros, el tronco y finalmente la cintura,
barriendo el piso con las manos.
Erguirse, descansar un
momento y repetir el ejercicio en dirección opuesta. Todos los movimientos deben
hacerse con naturalidad, sin poner en tensión ningún músculo.
Muchas personas
suelen comenzar inclinándose hacia abajo, lo cual además de ser diferente es
erróneo; quizá le ayude a hacerlo bien recordar que se trata de un ejercicio de
relajación.