Uno de los órganos más sorprendentes del cuerpo es el
cerebro, que se encuentra
en su etapa más maravillosa durante los primeros años del niño.
A partir del
nacimiento y hasta la adolescencia, este órgano está en su mejor momento porque
no para de absorber información con asombrosa facilidad y a una velocidad
increíble.
Por supuesto que hoy en día se sabe que el cerebro está en continua
evolución a lo largo de toda la vida, pero la infancia sigue siendo su etapa de
desarrollo máximo.
Este es el momento en que se adquiere la base para futuros
aprendizajes y por ello, la mejor etapa para comenzar el entrenamiento cerebral.
El desarrollo temprano
La estimulación temprana de la mente de un niño va a ser crucial en su futuro
estilo de aprendizaje, así como en la forma de interactuar con los otros a lo
largo de su infancia, adolescencia y adultez.
Todas las experiencias que viva,
buenas o malas, afectarán a la forma en cómo reaccionará el cerebro ante
cualquier situación.
El entrenamiento mental
parte de esta realidad y la utiliza para
desarrollar nuevas habilidades mentales en el niño. Si las sinapsis (uniones
entre neuronas) son estimuladas a una edad crucial, las neuronas crearán más y
más conexiones entre sí y el cerebro será mucho más rápido y efectivo.
Ventajas y beneficios del entrenamiento cerebral
Entrenar
el cerebro de un niño de forma temprana lo hará indudablemente más inteligente,
pero lo más importante es que le proporcionará una mayor adaptabilidad a los
cambios, una habilidad muy poderosa en los tiempos que corren.
Estamos en la era
del aprendizaje continuo y dado que los nuevos conocimientos se sustentan en los
que ya poseemos, el cerebro de estos niños tendrá muchísimo menos trabajo que
realizar para adaptarse a las exigencias académicas y laborales que se le
presenten.
Pero,
este entrenamiento es aún más interesante para los padres de niños con problemas
de aprendizaje u otros trastornos del desarrollo, ya que la plasticidad del
cerebro del niño ayudará a conseguir importantes avances que serán fundamentales
en las etapas posteriores de su vida y facilitarán que alcance el éxito
académico, un óptimo desempeño laboral y la promoción profesional que desee.
Es bien sabido que entrenar el cerebro de los niños en gran medida ayuda a
mejorar sus habilidades memorísticas, mejora su capacidad de atención, e incluso
ayuda a desarrollar sus habilidades de lectura.
Los padres que se preocupan
porque sus hijos adquieran y mejoren estas habilidades saben que los beneficios
van más allá de mejores calificaciones en la escuela.
Por otro lado, las investigaciones demuestran que los niños que participan en
programas de entrenamiento cerebral poseen un mayor nivel de confianza en sí
mismos, poseen mayores habilidades para expresarse y son más elocuentes.
Mejora de
las relaciones sociales
La confianza en uno mismo es esencial para la vida social del niño,
especialmente para hacer nuevos amigos, disfrutar de su compañía, y de las
experiencias sociales a medida que crecen.
Durante este tiempo, el pequeño aprende a expresar su propia individualidad en
todas las áreas, a través del arte, la música, los deportes; o en el interior
del aula.
Sin embargo, si esto se ve obstaculizado por una pobre capacidad
cognitiva (tardar demasiado tiempo en hacer la tarea, por ejemplo) puede que el
niño pierda su oportunidad de mostrar sus verdaderas cualidades y sea visto por
sus profesores como un niño con dificultades escolares.
Cerebro estimulado = actitud sana
Si un niño tiene dificultades en la escuela, sus actitudes y aptitudes sufrirán
rápidamente las consecuencias.
Seguramente, se mostrará contestón y problemático
(en la escuela y en casa) a la hora de abordar una tarea.
Todo esto tiene que
ver con el hecho de poseer una frágil memoria, un razonamiento débil y pobres
habilidades para la lógica, así como dificultades para el mantenimiento de la
atención.
Como resultado del entrenamiento cerebral, el niño realizará las tareas
escolares con más facilidad y velocidad, con lo que podrá dedicarse a realizar
más actividades al aire libre que a su vez ayudarán a que desarrolle unos
mejores reflejos físicos (en el deporte y la vida cotidiana) y la agilidad
mental para hacer frente a muchos de los problemas grandes y pequeños de su
vida.
Mejores opciones, más posibilidades
En comparación con los niños con fuertes habilidades cognitivas, muchos niños
con dificultades de aprendizaje (TDAH y otros) tienden a ser imprudentes e
impulsivos.
Un programa de entrenamiento cerebral puede proporcionarles más posibilidades
para adaptarse a las exigencias del contexto escolar, social y, en el futuro,
laboral; porque pueden aprender a aceptar diferentes puntos de vista y tomar
mejores decisiones de forma autónoma.
Además,
al desarrollar la atención sostenida, se disminuirá la posibilidad de que se
despisten en el aula, hecho que suele ocasionar muchos problemas con el
profesorado, quien cuando se le presenta el caso del alumno con dificultades,
normalmente no reconoce el problema en un primer momento, ya que desde su punto
de vista, el niño no atiende porque no quiere.
Como ha
quedado patente en el artículo, el entrenamiento cerebral tiene mucho que
aportar a la vida de los niños y ninguna desventaja, siempre, claro está, que se
realice de forma natural, adaptándose a los intereses de cada niño y no se
exceda el tiempo de entrenamiento recomendado por los profesionales de la
psicopedagogía que diseñen el programa.
Por Jenny
Guerra Hernández
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