En varias ocasiones, la pantalla grande ha suscitado curiosamente inquietudes respecto a ciertos lugares.
Por ejemplo, importancia turística que ha adquirido la Universidad de Oxford a partir de conceder sus instalaciones para gran parte del rodaje de la saga de Harry Potter, escrita por J. H. Rowling y llevada al cine por distintos directores.
De esta manera, el sitio ya no sólo vale por lo que es, sino por las expectativas y fantasías que ha creado el cine. Ahora bien, algo similar ocurre con la literatura.
Podemos mencionar varios casos, entre ellos, las continuas visitas de lectores a la “supuesta” casa de Sherlock Holmes. Llamativamente, en Escocia, un escritor ya tiene su travesía.
Es el caso del poeta nacional escocés Robert Burns quien tiene su propia ruta llamada Robert Burns Trail.
A través de este recorrido es posible llegar a su casa, hoy museo, y a su pub preferido.
Otros escritores de renombre que poseen sus propios itinerarios son:
Walter Scott, autor de la famosa *Ivanhoe* (y llevada al cine hace unos años) y los grandes poetas, William Wordsworth y James Hogg.
Esta propulsión turística llevada adelante desde la promoción de la literatura tiene como correlato que la organización UNESCO haya nombrado a Escocia como primera Ciudad Mundial de la Literatura.
De todo este país, se destaca asimismo Edimburgo. Desde el sitio web de este organismo se le promociona como la “ciudad más literaria de todo el país” ya que allí tiene lugar la celebración anual del Festival Internacional de Edimburgo.
Robert Louis Stevenson, autor novelista de la gran obra El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde y La isla del Tesoro, entre otros, se ha servido de la historia verdadera de Deacon Brodie para su novela El extraño caso…
También a Muriel Spark para Los mejores años de Miss Brodie. La lista sigue con J. K. Rowling, la afortunada creadora del niño mago Harry Potter se encontraba en Edimburgo cuando dio vida a las aventuras de este.
Por otra parte, hay que mencionar a Sir Arthur Conan Doyle, padre del famosísimo detective privado y antes mencionado Sherlock Holmes, le sigue Kenneth Grahame, creador de El viento en los sauces.
En el descenso de una calle que finaliza a expensas de Royal Mile nos topamos con el Museo de los escritores (Writer´s Museum y Maker´s Court).
En este recinto hallamos material de todo tipo: manuscritos originales, retratos y efectos personales que dan cuenta del pasado de los escritores, líneas arriba mencionados.
Incluso, cuenta también con muestras itinerantes, dando espacio a otros escritores escoceses que supieron conquistar lectores de todos los tiempos.
El Maker´s Court es un patio que se encuentra en el exterior de dicho museo y que de un modo muy peculiar consagra la literatura escocesa ya que en las losas del piso inmortalizaron sabiamente numerosas citas de autores célebres de esta tierra de, nada más ni nada menos, los últimos seiscientos años.
La industria cinematográfica también se ha servido de la belleza escocesa y ha inmortalizado dichos espacios.
Numerosa es la lista de las películas y programas de televisión que se rodaron en localizaciones de Escocia.
Por supuesto, los paquetes de promociones turísticos no dejan de lado la visita a estos lugares de ensueño.
Grupos de turistas se acercan diariamente a fotografiarse para la posteridad en los sitios donde supieron hacerlo sus estrellas preferidas.
A saber, en la película El hotel de mimbre, la impresionante mansión de Lord Summerisle no es más que el castillo de Culzean (y sus exteriores), en el territorio de Ayshire.
La taquillera, surgida del texto homónimo de Dan Brown, El código Da Vinci se rodó gran parte en el noroeste, en la capilla de Rosslyn.
El público adolescente de los años noventa recordará seguramente los paisajes escoceses presentes en la película de Danny Boyle, Transpotting y el público más infantil, el famoso viaducto de Glenfinnan que tiene lugar en Harry Potter y la cámara de los secretos.
Las cascadas de Dochart cobran protagonismo en Casino Royale, interpretada por Peter Sellers, David Niven, Orson Wells, entre otros.
La lista continúa, podemos mencionar además las exitosas Carrozas de Fuego y Un tipo genial.
Estas líneas intentan subrayar el hecho de que además de atracciones turísticas como puede ser factores climáticos, geográficos (visitar playas, montañas, etc.), el móvil artístico, el arte en sí puede sugerir territorios impensados y sorprendernos muchas veces.
En primer lugar, por la belleza que estos sitios manifiestan y, además, porque contamos con la representación que el cine, la televisión o la literatura misma nos forjaron y mantenemos en la memoria como gratos recuerdos.
Artículo redactado por Quehoteles.com
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