Clases de plenitudes

¿Cuál es la tuya?

Existen
tres clases de plenitudes:
 
– La plenitud del vaso, que retiene y no da.

– La del canal, que da y no retiene

– Y la de la fuente, que crea, retiene y da.
 
Hay
muchos hombres-vaso: son gente que se dedica a almacenar virtudes o ciencia, que
lo leen todo, coleccionan títulos, saben cuanto pueda saberse,  pero creen
terminada su tarea cuando han concluido su almacenamiento: ni  reparten
sabiduría ni alegría. Tienen, pero no comparten. Son magníficos, pero magníficamente
estériles. Son simples servidores de su egoísmo.

También hay hombres-canal: es la gente que se desgasta en palabras, que se 
pasa la vida haciendo y haciendo cosas. Padecen la neurosis de la acción, y
tienen que hacer muchas cosas y todas de  prisa, creen estar sirviendo a
los demás, pero su servicio, es a veces, un  modo de calmar sus picores de
alma. Dan y no retienen. Y después de dar, se  sienten vacíos.
 
Que difícil es, en cambio, encontrar hombres-fuente, personas que dan de lo 
que han hecho sustancia de su alma, que reparten como las llamas, 
encendiendo la del vecino sin disminuir la propia, porque recrean todo lo 
que viven y reparten todo cuanto han recreado. Dan sin vaciarse, riegan sin 
decrecer, ofrecen su agua sin quedarse secos. Cristo, debió ser así. Nosotros,
tal vez haríamos bastante, con ser uno de esos hilillos que bajan 
chorreando desde lo alto de la gran montaña de la Vida…

Enviado
por Anita Alma. ¡ Muchas gracias !