Juan
era un soñador a ultranza. Cuando niño estaba lleno de sueños e ilusiones.
Ansiaba ser un buen estudiante. Soñaba con ser el primero en clase, eximirse en
los exámenes, lograr encabezar el cuadro de honor.
Pero el récord de calificaciones mostró crónicamente el mínimo indispensable
para salir adelante. Sus sueños no pasaron de buenos deseos. Más adelante, sus
ilusiones fueron otras. Triunfar como profesional, lograr reconocimiento por un
trabajo destacado, brillar en el campo de los negocios.
Sin embargo, los años fueron pasando y la realidad le mostró nuevamente que
aquellas ilusiones quedaban de nuevo en nada. Aún en cosas pequeñas, le ocurría
esa sensación de fracaso.
Deseaba tener el carro limpio, pero siempre estaba sucio. Soñaba con un jardín
lleno de flores, pero éste se encontraba hasta sin grama. Ansiaba el orden, pero
todo en su hogar mostraba un desorden colosal.
Juan empezó
a preguntarse qué le ocurría. A medida que transcurrió el tiempo, empezó a
sospechar que había un común denominador en todos sus “fracasos”.
Llegó a la conclusión de que “pensaba pero no actuaba”. Sus ideas eran no sólo
excelentes, eran realmente innovadoras. Pero sólo una pequeña porción de ellas
se convertían en realidades.
¿Cómo llegó a esta conclusión? Asistió a un seminario sobre Cómo Marcar Metas. A
medida que se fueron exponiendo las ideas, se dio cuenta de cuál había sido su
falla, su gran falla. Si ese era el problema, se dijo Juan, sé cual
es la solución.
Escribió una gran A en la primera hoja de su “Manual de Metas Personales”. La A
de Acción. Han pasado muchos años desde entonces. Juan tiene hoy un panorama
completamente distinto. Si bien ha tenido que seleccionar solamente algunas de
sus ideas, las más importantes, se ha convertido de un “soñador” en un
“realizador”.
Juan ha
tenido la gentileza de escribirme con lujo de detalles su experiencia. Ha sido
una hermosa carta. Yo, que tuve el privilegio de dictar aquel Seminario, la
aprecio mucho. Va pues mi agradecimiento para él hasta Fresno, California, en
los Estados Unidos, donde ahora reside.
Podremos
tener los sueños más brillantes, pero todo ello sin acción, será solo humo.
LO NEGATIVO:
Conformarnos con soñar.
LO
POSITIVO:
Comprender que “En la Acción está el Éxito”.
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