Guerras cotidianas

Cada día, a cada instante se libran pequeñas guerras....

GUERRAS

 El
mundo está en guerra. Vemos cómo se bombardea una ciudad, cómo destellan en
la noche tan lejana para nosotros, las luces de los misiles. Oímos a toda clase de personas, opinar sobre los cómo, los cuándo, los dónde,
los por qué, los para qué.

 Se
está viviendo una guerra real y virtual y somos, una vez más, testigos y cómplices,
ambos por acción u omisión. Y tal parece que esta guerra de hoy nos hace
olvidar las pequeñas anónimas y cotidianas guerras que se desarrollan día a día. 

Hablo
de las guerras sin cadenas televisivas que libran los niños del mundo evitando
morir de hambre, tratando de que no los mate una enfermedad trivial y evitable.

Las
guerras que libran las mujeres del mundo para que se les reconozcan sus
derechos, no solo buscando una paridad con el hombre, sino buscando algo más
importante y patético, el reconocimiento como ser humano a pesar de los que
siguen sometiéndolas o ignorándolas. 

Las
guerras que libran los hombres del
mundo buscando dignificarse a través del trabajo digno, para ser sostenes de
esas familias que aman, en contra de los que los usan solo con fines políticos
y para quienes solo valen, cada tanto, un voto.

Las
guerras de quienes, por nosotros y sin nosotros, buscan conservar y proteger
especies de flora y fauna, que hemos ido destruyendo sistemática y
perversamente.

Las
guerras de aquellos que, sin titulares en diarios, pasan horas frente a
microscopios, buscando la solución que saben, será quizás utilizada por dos o
tres generaciones futuras.

Las
guerras de la gente honesta, que sin megáfonos ni micrófonos, trata de llevar
la frente alta, de ser decente, de no matar los ideales que tantos están
aniquilándoles.

Las
guerras de la gente de paz, que usa la palabra, la oración, el gesto, para
decirle a quien no piensa lo mismo, que igualmente es su hermano.

Las
guerras de los sacerdotes de todas las religiones que predican palabras amorosas
y sabias, en contra de aquellos que usan la palabra para sembrar odios o
ignorancias.

Las
guerras que libran todos los seres humanos bien paridos para que no les
destruyan los sueños, las esperanzas, los ideales, la alegría.

Hay
miles de pequeñas guerras librándose a nuestro lado, en cada corazón, en cada
hogar, en cada ciudad, en cada país…

Sería
bueno que la paz nos llegue a todos y a cada uno, antes de que nos quedemos con
las manos vacías de fe.

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