Huevos de Pascua

Entérate de donde viene la tradición, mientras disfrutas del chocolate y los confites...

Historia 

La
fiesta de Pascua,
originariamente consagrada a la diosa de la
fertilidad 

(de Roma, Asía Occidental y África) Astarté, o Astartea, o Astorea, o Istar, o
Ischtar, estaba en la antigüedad dedicada a la pujanza de la naturaleza.
Esta divinidad de origen sirio-fenicio era similar a la Venus de los griegos, la estrella de suave
fulgor. Deidad a quien simboliza la mujer. Diosa de la caza y del mar. 

“Los hijos amontonan la leña, los padres le
prenden fuego y las mujeres amasan la harina para hacer las tortas de la Reina
del Cielo y libar a los dioses 
extraños, para darme pesadumbre.” –Jeremías 7, 18-

La “Reina del Cielo” era Istar, la estrella
Venus, la gran divinidad del panteón semita. 

Los Huevos de Pascua se consideraban
antiguamente (y aún hoy día en algunos ambientes rurales) como un medio para
aumentar la potencia sexual y como un encantamiento de la fertilidad. 

Para los fenicios el huevo y liebre eran un
símbolo de “Astarte” o “Istar” diosa de la fertilidad. 

Las primeras pascuas
judías se festejaron
en Egipto y conmemoran el éxodo del pueblo judío desde Egipto en el 1513 a. C.
en busca de la tierra prometida. 

Para la iglesia católica es el recordatorio
de la muerte y resurrección de Jesús –crucificado durante las Pascuas-

La iglesia católica prohibió el consumo en
cuaresma de carnes rojas y huevos. Bendiciéndose estos el domingo de Pascuas;
la gente corría a bendecidlos y comerlos en familia, también obsequiando a los
vecinos. 

En la Edad Media, en Semana Santa era común
que los censos feudales se pagaran con huevos y  estipularen como día de pago el domingo de Pascuas. 

En Francia los estudiantes organizaban la
“Procesión de los Huevos”; se reunían en las plazas y de allí partían a la iglesia
principal; durante el trayecto, pedían a las familias que les regalaran huevos
para hacerlos bendecir por el cura párroco. 

En la India y países semitas de la religión
oriental, el huevo ha representado el germen primitivo, escondido en el agua. 

En la cosmogonía védica se cree que las
aguas originarias se elevaron y dieron 
origen a un huevo de oro, del cual salió el creador del mundo. 

En Egipto, el simbolismo del huevo se
asemeja al mito griego de la Caja de Pandora; se cree que el Dios Osiris y su hermano
Tifon, lucharon respectivamente e introdujeron todos los bienes y los males del
mundo en un huevo; al romperse el mismo todos los males se distribuyeron por el
planeta. 

Tanto en Persia, como en Grecia y Roma, era
muy común pintar huevos y comerlos en las fiestas en honor a la primavera. Su
símbolo de vida nueva hizo que por miles de años, se dieran huevos como regalo
en los festivales de esta estación florida, llena de vida, de sol y naturaleza. 

Los más famosos y caros del mundo son los
Fabergé, creados para el Zar Nicolás de Rusia –consistentes en pequeñas joyas
de un gran valor artístico y material, que las convierten en piezas de colección muy
cotizadas-

En el siglo XIX (mediados del 1800), con el inicio de la industria del chocolate
en Suiza, es cuando surgen los tan famosos huevos de chocolate.