Ella pensó que seguramente todos ellos eran hijos de familias pobres no tendrían
mucho que agradecer, así que dibujarían platos de comida, o alguna cosa por el
estilo.
Sin embargo, la profesora quedó sorprendida con el dibujo que hizo uno
de sus alumnos… Era una mano, dibujada de forma sencilla e infantil.
Pero, ¿de
quién era la mano? Toda la clase quedó encantada con aquel dibujo.
"Creo que
debe ser la mano de Dios", dijo un niño
"No, yo
creo que que es la mano de un granjero que está dando de comer de comer a las
gallinas", dijo otro.
Cuando
finalmente todos volvieron a su trabajo, la profesora se aproximo de su alumno y
le preguntó de quien era la mano.
"Es su
mano, profesora" -murmuró él.
Entonces
la profesora se acordó que, en varias ocasiones, en el recreo, ella le había
cogido de la mano a él, que era un niño raquítico e desamparado.
Ella hacía esto
frecuentemente con los niños. Pero aquello significaba mucho para este alumno.
Tal vez
esa debería ser la acción de gracias de todos, no por las cosas materiales que
nos dan, sino por la oportunidad de todas las cosas pequeñas con las que nos
podemos dar a los otros.
Y si quieres superar tus temores y
mejorar tu calidad de vida, te sugerimos inscribirte ahora en nuestro
curso gratis de Superación Personal, haciendo
clic aquí.