En 1867 muchos norteamericanos calificaron de “locura” un histórico negocio hecho por su país. Se había pagado nada menos que siete millones doscientos mil dólares por lo que algunos describieron como “un mar de hielo”.
Casi un millón y medio de kilómetros cuadrados comprados a Rusia, y que eran considerados como inutilizables. Años más tarde, el 7 de Julio de 1958, ese remoto territorio se convertía en el 49 estado de la Unión Americana.
Desde entonces, Alaska. produjo miles de veces lo que se pagó por ella. En 1896 la fiebre del Klondike llevó miles de personas a sus heladas estepas en búsqueda de oro. Muchos no encontraron nada, pero algunos se volvieron inmensamente ricos.
Se asegura que un minero encontró una pepita que pesaba 2,520 onzas, es decir, unos 70 kilos. Y esto no fue todo. También se han descubierto inmensos yacimientos petrolíferos. Y una riqueza marina que es fuente de su próspera industria pesquera.
La compra de Alaska fue uno de los mejores negocios que se hayan podido hacer. La mayoría de la gente sueña con hacer alguna vez una inversión de ese tipo. Algo en lo que usted invierta unos centavos, para recogerlos multiplicados cientos de veces.
Hoy quiero referirme a una inversión que produce increíbles dividendos. Permítame citar a Benjamín Franklin: “La mejor inversión que un ser humano puede hacer, es vaciar su bolsillo en su cabeza”. En otras palabras, mejorar sus conocimientos, sus habilidades y su capacidad de pensar y actuar, adecuadamente.
Es sabido que cada país vale tanto como valga su gente. Y que cada empresa florecerá en relación directa a la calidad que tenga su personal. Por ello invierta en usted mismo. Adquiera habilidad para hablar un nuevo idioma.
Aprenda a conducir automóvil si no lo sabe. Hágase experto en tratar con los demás. Entrene su memoria. Aprenda a comunicar sus ideas con claridad, tanto en público como en privado.
Sepa que la finalidad de toda educación no es el simple conocimiento, sino la acción. Y usted estará haciendo la inversión que más podrá redituarle.
LO NEGATIVO: Pensar que son más valiosos unos centavos en nuestro bolsillo, que los conocimientos y las destrezas en nuestra cabeza.
LO POSITIVO: Invertir en mejorarnos a nosotros mismos. La mejor inversión que usted podrá hacer jamás.
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