La vida es un momento

La vida es un momento, es un pasaje, es un recuerdo, es alegría o es un lamento. Pasa todo y el momento se borra, se empieza en un círculo y nunca queda nada.


Hoy
estás y mañana quien sabe, hoy reís y mañana quien sabe,

hoy
estás con alguien y mañana quizás tengas aquel

recuerdo
de ese momento.

Nada
y nadie va a ser eterno solo hay que vivir el momento

y
disfrutar minuto a minuto el tiempo.

Un
momento es la vida, un espacio que se olvida

y
con una vela encendida te mirás y te hablás

y
te das cuenta de la diferencia de la vida.

10/08/96.

Consejos

Sabe
esperar, aguarda que la marea fluya

sin
que al partir te inquiete.

Todo
el que aguarda sabe que la victoria es suya,

porque
la vida es larga y el arte es un juguete.

Y
si la vida es corta

y
no llega la mar a tu galera,

aguarda
sin partir y siempre espera,

que
el arte es largo y, además no importa.

24/5/98.

El sueño
de un tren perdido

Se
me fue huyendo por otro camino,

pensé
que podía alcanzar el tren y se me fue, y ella también.

Perdí
la oportunidad de decirle cuanto la amaba y esa oportunidad

ya
no vuelve, y mis palabras ya no pueden volver atrás, todo terminó,

pero
nunca empezó.

El
sentirnos nuestra voz mutuamente parece descifrar enigmas importantes

pero
las respuestas murieron en el intento.

Sensaciones
inolvidables, horas puestas en un nuevo corazón que se borró

o
que no supe aprovechar ese instante, ese momento divino

que
hasta el día de hoy lamento,

pero
siempre tendré la mejor imagen que yo no supe correr hasta

las
vías del andén y cuando quise ya era tarde

y
ese tren se había marchado.

30/11/99.

Equilibrio

En
la vida se gana y se pierde, le dicen el debe y el haber.

El
equilibrio se logra cuando dentro de un ola sensación energética

se
refleja en el espíritu, quiere decir que hay armonía

y
se encuentra bien consigo mismo.

A
veces ganando se pierde, porque en la sensación de nuestro espíritu,

lo
sentimos así y también perdiendo se gana, cuando nuestro espíritu

asimila
el impacto sin desdoblarse, templándonos y nos sentimos bien.

Es
el balanceo de la energía positiva y negativa que maneja

nuestras
vidas para poder equilibrar nuestras emociones que están

llenas
de angustias y alegrías.

El
equilibrio pasa cuando aprendemos a conocer, cuando estamos

sobrecargados
de energía, sea esta positiva o negativa,

que
son las que determinan nuestras actuaciones frente a los demás

sin
pensar que también tienen el déficit del debe y el haber.

Cuando
aprendemos a armonizar nuestra energía positiva y negativa,

es
cuando logramos que aquellos que nos rodean se relacionan con ella

y
por transmisión convivan con uno y la gracia espiritual que se logró.

El
equilibrio lo encuentra uno cuando lo busca, sino se vive en la nebulosa

de
la crisis emocional, llorando siempre el bien perdido sin valorar aquello

en
que la vida nos ha gratificado, dando lugar a la energía negativa

que
se apodere de nuestro espíritu y lo lleve por el camino de la depresión

que
no es más ni menos la enfermedad del espíritu.

16/03/98.

 

 

 

 

 

 

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